Febrero 24, 2004

Documento recuperado II

Los rostros se distorsionan en su cabeza, y los recuerdos se mezclan con el presente... Un murmullo ininteligible se traduce en su cabeza en forma de advertencia, de credo rutinario que le dicta cada uno de sus pasos. Es como si intentara dominarla, hacerla vivir un sueño continuo del que procura que no despierte. Esa extraña y a la vez cercana voz la consume de tal manera que no es dueña ni de sus propios pensamientos; la confunde, porque ora la incita a suicidarse, ora la ayuda a salir del hueco oscuro en el que se hunde cada día, en el que se ha hundido los últimos 540 días...
La cama se le hace cada vez más grande, quizás porque ella cada día es más pequeña. Tiene la vista fija en el oscuro techo de su habitación, y aún no ha perdido la manía de mirar el móvil cada dos minutos, a pesar de saber, en el fondo, que nunca más encontrará señal alguna suya. Se le cayó el mundo encima cuando a la trigesimoprimera intentona la operadora seguía dejándole el mismo mensaje: “el teléfono móvil al que llama está apagado o fuera de cobertura”. Treinta y una llamadas en un día son bastantes; pero los siguientes dos meses el móvil seguía apagado y en su casa nadie cogía el teléfono. El tercer mes perdió toda esperanza, y comenzó a oír las voces. Decir que lleva más de... medio año sin dormir (sin dormir bien) no es exagerar. Las ojeras le llegan hasta las rodillas y es la primera vez en su vida que puede decir que está realmente delgada. Pero no le gustaba delgada. La quería tal y como fuera...”¿Dónde se ha quedado mi vida?” Tenerife nunca le terminó de gustar, sobre todo porque le tenía lejos, pero daría lo que fuera por volver a tener 16 años, y sentirse insegura (pero en el fondo segura) colgada a todas horas de esa cabina que le dibujara un día de aburrimiento en clase de filosofía... Ahora estaba sola, en una ciudad extraña en la que no conocía a nadie, sólo a la repelente de su compañera de piso, y la que la única persona con la que quería estar parecía habérsela tragado la tierra.
Ella sabía que no estaba loca, y sin embargo no dejaba de oír esas voces que no cesaban de increparle su comportamiento, a pesar de ser ellas las que lo causaban. Sus crisis de histeria eran cada vez más frecuentes, y en el piso no quedaba ningún plato sano. Lo peor del asunto es que la mayoría de las veces no se daba cuenta de lo que hacía, hasta que las voces desaparecían de repente y podía, al fin, abrir los ojos y despertar de esa pesadilla que la ataba a una promesa y que la atormentaba día y noche, para ver en lo que se había convertido: una esclava de su propio sueño.

Abrumada por sus propios pensamientos, agotada de dar vueltas y vueltas sobre el mismo tema una y otra vez, permitió que la oscuridad invadiera su mente; cerró los ojos y se dejó guiar por esas suaves y placenteras voces capaces de llevarla al éxtasis en un solo segundo. Un sentimiento de paz se adueñó de su cuerpo en el mismo instante en el que sintió el helado metal contra su sien desnuda y caliente. “Hazlo...¡hazlo!”. Las voces se repetían en su cabeza una y otra vez, insistentes, ansiosas por sentir el apacible silencio de la muerte cubriendo por entero a la joven víctima. Sonreía, complaciente, atenta a todos los ruidos y movimientos que se acontecían a su alrededor, consciente de que esa habitación sería el único testigo de su suicidio. Su mano izquierda estaba fuertemente cerrada sobre un papel arrugado por el contacto que se llevó a los ojos en última instancia; a pesar de su leve sonrisa, las lágrimas hicieron acto de presencia en escasos minutos al abrirlos y observar el contenido del mismo. Allí estaba, tan sonriente, tan dulce, tan... le quería tanto... tanto tiempo sin verle, sin escucharle, y sin embargo sentía que hoy le quería más que nunca. Rompió a llorar como una niña sin apartar la pistola de su sudorosa frente. “No puedo...”, susurró en un murmullo ahogado. “No puedo hacerlo...”. “Hazlo, ¡hazlo! Ahora es el momento, no te eches atrás ahora. Nunca más volveréis a verle, no le abrazarás jamás... ¿Serás estúpida? ¿Es que aún tienes esperanzas? Vives en un mundo de fantasía. ¿Realmente crees que la persona de esa foto existe? ¿De verdad lo crees? Nada es verdad, has vivido una mentira los últimos tres años... yo soy lo único real... déjate llevar... aprieta ese gatillo...o ahora o nunca”. El llanto cesó al escuchar las amenazas referidas por las voces que, de nuevo, la invitaban a acabar con su existencia. En un segundo, su vida entera pasó por delante de sus ojos. Las lágrimas volvían a caer inconscientemente sobre sus mejillas cuando se dio cuenta de lo que estaba a punto de hacer. Ésa no era ella. Debía acabar con esto cuanto antes. Intentó retirar la pistola de su frente pero su brazo parecía no recibir las órdenes de su cerebro. Un alarido de terror se escapó de su garganta cuando escuchó, más claramente que nunca, una ronca y oscura voz que susurró en su oído: “Ya es demasiado tarde”. Y la oscuridad se adueñó de sus sentidos.


PD: Criticas, insultos, aplausos, tomates...??? :P

Escrito por Acid_Burn a las Febrero 24, 2004 10:55 PM
Comentarios

Este me gusta un montón, en serio, está muy bien, consigue meterte dentro de la historia y tal... También resulta angustioso... pero eso es lo bueno q tiene, q crea tensión. Y hay algunas frases q me gustan particularmente tb...

En resumen, q me estoy haciendo un lio xD
q me gusta mucho, sigue escribiendo :P

Escrito por RedLabel a las Febrero 24, 2004 11:18 PM
Escribir un comentario









¿Recordar informacion personal?