« My own private Hawkins. | Main | Cosas que debiera haber hecho en verano (y que no hice porque yo qué sé). »

Agosto 25, 2003

Paz/Gloria/Ludwig

Se consigue una waltwhitmanear. Leí que cuando hace tropecientos cien años se estrenó la Novena Sinfonía algunos músicos acabaron llorando mientras tocaban; a mí me faltó salir armada con unos platillos o cargada de altavoces para que nada me estropease el momento. Porque iba por el minuto cuarto* y oh sorpresa, surge repentino ese bum interno: salgo disparada de puntillas con los ojos cerrados, no sé adonde, y ya no me esfuerzo en seguir buscando una suerte prestada en el dorso de los envoltorios porque de todas formas me han contado el truco; quiero decir que distingo la china porque la mano se transparenta, que me apropio de la sonrisa ajena con una muy-agradable-y-salerosa picardía propia de experta cleptómana. La Caína (“¿La Caína contenta?” “¡Por esas calles!” ) no nota la diferencia entre esas baldosas viejas y una alfombrilla roja de terciopelo y va a salir en el Guinness de los récords (categoría Exaltaciones Severamente Absurdas) por máximo número de pensamientos filantrópicos obtenidos en el menor tiempo posible. Pisando papelillos, Ludwig, confettivo todo presurosso, “hoy he vuelto a nacer, estoy curada, ya no necesito los pies de pato, ¿te pinto un pez?” y también creo que una larga larga secuencia de vilanos flotando_ arañas con trajes de bailarina_, feliz de final de cuento, mujeres saliendo a tender maravillosamente sincronizadas y piezas que al fin encajan.


*Froh, wie seine Sonnen, fliegen / Durch des Himmels prächt'gen Plan/ Laufet, Brüder, eure Bahn,/ Freudig, wie ein Held zum Siegen.


Agosto 25, 2003 10:09 PM