Los que vivís seguros
 En vuestras casas caldeadas,
 Los que os encontráis, al volver por la tarde,
 la comida caliente y los rostros amigos:
Considerad si es un hombre
 quien trabaja en el fango
 quien no conoce la paz
 quien lucha por la mitad de un panecillo
 quien muere por un sí o por un no.
 considerad si es una mujer
 quien no tiene cabellos ni nombre
 ni fuerzas para recordarlo,
 vacía la mirada y frío el regazo 
 como una rana invernal.
Pensad que esto ha sucedido:
 Os encomiendo estas palabras.
 Grabadlas en vuestros corazones
 al estar en casa, al ir por la calle, 
 al acostaros, al levantaros;
 repetídselas a vuestros hijos.
O que vuestra casa se derrumbe,
 la enfermedad os imposibilite, 
 vuestros descendientes os vuelvan el rostro. 
 
 Primo Levi

 
me alegro mucho que te haya gustado el libro y que de cierta forma te haya marcado
Escrito por maria a las Junio 19, 2005 12:13 AM