Mayo 17, 2004

De mano ajena 13

EL PERIODICO 17/05/2004

Crecen los indicios de que la cúpula militar de EEUU instigó las torturas

• 'The Washington Post' revela un plan dirigido al general Sánchez para endurecer los interrogatorios
• El jefe del espionaje militar coordinó los esfuerzos para sacar más información a los presos iraquís


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MERCEDES HERVÁS
NUEVA YORK

Aunque el presidente estadounidense, George Bush, insiste en que las torturas infligidas a presos iraquís fueron obra de un reducido número de soldados, los detalles sobre métodos empleados que van emergiendo indican que la cúpula militar estadounidense instigó los malos tratos y estaba al tanto de los castigos.
Según reveló ayer The Washington Post, en noviembre del 2003 se diseñó un duro plan de interrogatorio "que iba más allá de lo permitido normalmente por el Ejército", para aplicárselo a un preso sirio detenido en la cárcel bagdadí de Abú Graib. Ese plan --cuyo fin era aterrorizar al detenido con perros, privación de sueño, y reclusión en aislamiento desnudo y encapuchado-- fue enviado al jefe de las fuerzas de EEUU en Irak, general Ricardo Sánchez.
Antes, el general Geoffrey Miller, exjefe de la prisión establecida por EEUU en su base cubana de Guan- tánamo, quien ahora dirige Abú Graib, fue encargado por el Pentágono de organizar los interrogatorios en Abú Graib, para obtener más información de los presos. Miller firmó el 9 de septiembre del 2003 una directiva sobre cómo establecer "las condiciones para interrogar satisfactoriamente a los detenidos".

"MAXIMIZAR LA EFICACIA"
Poco después, el general Sánchez firmó un documento secreto que ha conseguido el Post, orientado a "maximizar la eficacia de los interrogatorios", a base de "dejar razonablemente manos libres a los interrogadores".
Apenas un mes más tarde, el 19 de noviembre, Sánchez asignó el mando sobre las dos áreas de Abú Graib donde se cometieron los abusos al coronel Thomas Pappas, del espionaje militar. Pappas fue implicado en las torturas por el general Antonio Taguba, autor del informe del Ejército sobre los abusos.
Sánchez y Miller han sido acusados por Janis Karpinski, exjefa de Abú Graib, de haber forzado la "guantanamización" de los métodos de interrogatorio, cuyo endurecimiento autorizó Sánchez en 25 ocasiones. Aunque no se ha hallado un nexo entre los abusos y la cúpula militar de EEUU, el Post explica que la agresiva búsqueda de información procedente de presos, sobre todo a finales del 2003, fue coordinada por el subsecretario de Defensa para espionaje, Stephen Cambone, estrecho colaborador del secretario de Defensa, Donald Rumsfeld.
El Pentágono negó ayer rotundamente que Rumsfeld hubiese autorizado la expansión de un programa secreto de tratos coercitivos y humillaciones sexuales de los presos para sacarles información como sostiene el semanario The New Yorker. Es una historia "disparatada, llena de errores y de conjeturas anónimas", afirmó el portavoz Lawrence di Rita.
La consejera de Seguridad Nacional de EEUU, Condoleezza Rice, salió ayer en defensa del jefe del Pentágono. La dirigente destacó la "excelente labor" de Rumsfeld, de quien aseguró que hace "lo que el presidente George Bush necesita".

PROCESO A SOLDADOS BRITÁNICOS
También el primer ministro británico, Tony Blair, está acosado por las torturas. El diputado laborista George Galloway --suspendido de militancia en el partido en octubre por su oposición a la guerra de Irak-- ha anunciado que denunciará por "crí- menes de guerra" al premier, así como a su ministro de Defensa, Geoff Hoon, y al secretario de Estado de las Fuerzas Armadas, Adam Ingram.
The Independent reveló ayer que seis soldados británicos serán procesados por abusos a presos iraquís.

Escrito por Francisco Bonal a las Mayo 17, 2004 10:03 AM
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