Cerveza y burbujas

¿Sabes?
Hoy me gustaría cambiarlo todo.
No pido mucho, solamente quisiera verte sonreír con aquella sonrisa tan única.
Me gustaba colarme sin decírtelo en los pliegues que se formaban en tu cara mientras sonreías.
Cuando te hacía sonreír me sentía única y especial. Y las personas que me hacen sentir única y especial me hacen feliz.
Recuerdo el primer día que te vi: que no sabía donde meterme.
La primera vez que te vi no sentí nada: es que lo sentí todo de golpe.
Desde ese momento en adelante, sentía un cosquilleo extraño, comparable con las burbujas de la cerveza: siempre lo he comparado con eso. He pensado:
"esas burbujas están en mi estómago y se vuelven locas cuando te veo a ti".

Nunca te dije ¿o sí? que mi corazón se iba detrás tuya por la puerta. Que me metía en tu coche azul y me iba contigo. A tu lado.
Tu siempre me has mirado diferente a los demás, por eso causabas en mi lo que nadie causó nunca: una sensación de nervios placenteros. Eras mi droga, y necesitaba mi dosis diaria. Si no te veía pensaba: "mañana vendrá". Y ese mañana llegaba, y venías.
Reconocía el sonido de tu coche entre un millón (y aún lo haría) .Por eso cuando escuchaba ese sonido, a través de aquella ventana : Te empezaba a preparar tu café y no sabes cuantas veces intenté echarte unas gotas de algún elixir maravilloso para que te enamoraras de mi. O para que quedases anclada en aquel Bar, para que yo te pudiese seguir mirando y seguir sintiendo ese cosquilleo que tu mirada y tu presencia me producía.

Durante aquel primer mes me preguntaba ¿qué me ocurre?. Hasta que un día, delante del mar, en vez de abrazarme una ola de mar, me abrazaste tú. Y te juro que lo preferí. Aquel abrazo no tiene explicación. Nunca nadie me ha abrazado así en la vida. No con tanta ternura. Por primera vez en la vida sentí en mi propia piel como se detenía el tiempo, supe, que eso era detener el tiempo y sentí la locura y la necesidad de querer quedarme allí sentada abrazada a ti por toda la eternidad. Pero de alguna manera conseguimos separar esos cuerpos que parecían imanes y nos separamos.
En ese momento todo cambió: en tu vida, y en la mía.

Me di cuenta que esto no le ocurría a todo el mundo. De que yo era afortunada.
De que la cerveza no me gustaba, pero que esas burbujas ahora, formaban parte de mi vida. Y de la tuya.

Aunque de igual te lo dijo eigual a las 11:30 PM