Diciembre 17, 2006

Imcomprensión barata

Le conocí por Internet. Una tarde. En un chat de terra. Ese día estaba aburrida: a veces es bueno aburrirse.
Mantuvimos conversaciones, bastantes, recuerdo que 20 o 30, hasta que una tarde me dijo de tomar un café. Yo no tomo café, le dije. Al momento mi teléfono móvil sonaba: era él. Era la primera vez que me llamaba desde que hablamos por Internet: me puse nerviosa.
Y su voz sonó. Y vaya voz: una voz ronca pero dulce a la vez, traducida en palabras podría decir que su voz en ese momento fue también mi voz, porque me quedé muda. Y quise verle en ese mismo instante.
Quedamos a las 5 de la tarde en un sitio bastante concurrido de gente. Mejor.
Al llegar, y no veía a ningún chico allí, esperándome. Entonces comprendí que todo había sido una mentira, una falsa más. Una ilusión más, de estas que duran lo que un sueño.
Exactamente en el momento que me disponía a irme de aquel lugar, una voz gritó mi ¿nick?. Entonces me giré, y le vi. En esos momentos quedé perpleja.
Tenía enfrente a un hombre, que si bien no me equivocaba, podría ser ¿mi padre?.
Quedé muerta. Quedé sorprendida. Me acerqué a el, y el me saludó de la misma forma que lo hizo por teléfono. Entonces supe, que era el.
En esos momentos no pregunté su edad, y el tampoco la mía, porque detrás de mis ojos azules, se intuía mi juventud, mis 17 años recién cumplidos.
Yo en zapatillas de deporte y pantalones anchos. Y el con camiseta a rayas y chaqueta vaquera encima.
Estuvimos andando un rato sin saber que decirnos.
El no me preguntó mi edad, y yo tampoco pregunté por la suya.
Ese es el riesgo que tiene Internet.
Andando junto a el me sentía protegida,de vez en cuando le miraba, de reojo. Y sé que el también lo hacía. Todo el camino hacía el Cafe-Bar hablamos poquísimo, yo dos o tres veces le pregunte por la hora que era, y el hizo varios comentarios respecto al tiempo que hacía.
Por dentro me comían los nervios. ¿Qué edad debe tener?: 37, 40 ? Ni idea. Para esto de las edades soy muy mala.
Ese día nos despedimos.

Cada día el me llamaba por teléfono ¿Qué tal te ha ido el día? ¿has comido? ¿estás bien?.
Cada día yo esperaba su llamada. Cada día pensaba en el de una manera bien extraña. Esperaba sus llamadas, mensajes. Y deseaba que llegase la hora para verlo conectado en Internet.
Y así, durante 6 meses.
Pensaba en el, cada noche. Suspiraba a escondidas de la gente. Mis amigas me preguntaban por mis ausencias, por mis despistes, y yo no les podía contestar que estaba enamorada.

Y el tampoco.
Cuando cumplas los 18 años te secuestraré y te llevaré conmigo, me decía riéndose. Yo sabía que no me iba a secuestrar, pero me moría de ganas por que lo hiciese.
Aún no nos habíamos besado, ni un solo beso, ni una sola caricia. Nuestra relación se basaba en saber el uno del otro. En hablar: noches interminables de charlas por Internet, contándonos secretos.
Su edad me daba vértigo: 38 años. Los años que no separaban, ataban más este amor. Lo hacia más fuerte.
Estuvimos manteniendo esta relación 6 meses más. Al cumplir el año, una tarde, nos besamos. Sentí su lengua dentro de mi boca. Una lengua madura, igual que el. Y la mía se movía frágil e insegura dentro de su boca. Chocaba con su lengua, la mía, y creo que es la cosa más hermosa que me ha ocurrido nunca.
Hicimos el amor: era la primera polla que iba a ver. Cuando la vi, me entraron unas ganas terribles de abrazarla. Y cual fue mi sorpresa cuando al tocarla con mi mano, crecía. Sonreía. Y el también lo hacía. Cuando me penetró, era como si me abrazase por dentro, como si su polla se fundiese dentro de mi, en un abrazo.
Era mi primera vez. Ya no pude dejar de querer tener relaciones con el. Siempre que empezábamos a darnos besos, terminábamos buscándonos el sexo.

Con el paso del tiempo, esa relación se iba convirtiendo en una relación sería, y yo iba buscando la forma de decírselo a mis padres, pero no hizo falta hablar con ellos, porque una tarde al llegar a casa los encontré muy serios sentados en la mesa donde ellos siempre se sentaban cuando tenían que hablar de algo muy importante. Esta vez hablaban sobre mi, y al entrar por la puerta mi padre me cogió del brazo y me dijo cosas que nunca pensé escuchar.
Me obligaron a separarme de el. Y lo hice.
A veces nos veíamos a escondidas. Y a escondidas hacíamos el amor. Cuando nos separábamos el lloraba y yo me llevaba a casa sus lagrimas en mis pechos.

Al tiempo comprendí que mis padres se estaban equivocando. Y que yo tenía que elegir mi vida, y no mis padres elegirla por mi.
Hice mis maletas y salí de casa, dejé una nota pegada en el frigorífico de casa:
"Me voy con él: solo así seré feliz: lo siento: os quiero".

Y me fui. Desaparecí de ese pueblo, nos fuimos a vivir lejos, donde nadie pudiese interponerse ante este sentimiento, donde nadie pudiese utilizar la diferencia de edad para clavar puñales en esta relación.

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Esta historia no me ha sucedido a mi, pero es verídica.
¿Creéis vosotr@s que la diferencia de edad influye a la hora de tener una relación?


Aunque de igual te lo dijo eigual a las 02:50 PM
A otros no les dio igual ..

Sinceramente, a mi me costaría estar con alguien muy mayor que yo o muy menor.
Pero no sé si un día me queso encandilado por alguien con una edad distinta a mi.

Pero puedo comprender a las personas que si disfruten una relación así. Si es amor, es amor y punto. El amor lo defien las personas que lo sienten, es su amor.


Un abrazo.

Escrito por: rásselas, el Domingo, 17 de Diciembre de 2006 a las 09 PM

mmm... yo creo ke realmente lo ke influye son las experiencias vividas más ke la edad en sí...

aunke evidentemente cuantos más años tenga uno.. más experiencias ha tenido la oportunidad de vivir...


Escrito por: buba, el Lunes, 18 de Diciembre de 2006 a las 01 PM

La historia es descriptiva de otra similar que yo viví con alguien, una niña pero a ella le cortaron la meada porque él era profesor de su instituto. No importa la edad. Pero aquí había 30 tacos de diferencia ;)

Escrito por: KSNDR, el Viernes, 22 de Diciembre de 2006 a las 12 AM
¿Te da igual?









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