¿Sabes?
Por amor me enrosco en las letras hasta llegar a ti.
Pienso, que así, puedes entenderme.
No me importa convertirme en una letra, que muere cuando sale de tu boca.
No me importa ser muda como la “H”: sabría decirte que te quiero sin hablar, y escribírtelo con las migas de pan que se te caen mientras comes.
Quisiera ser agua. Mar. Sol. Cielo descalzo.
Quisiera ser los brazos que te abrazan cuando tienes miedo.
La mano que te tape la boca antes de darte un beso.
Quisiera ser ese dulce que te gusta picar entre horas.
Las horas hablan.
¿Las escuchas?
Dicen que no estás.
El reloj llora segundos que se pierden en el tiempo.
Las horas se queman: arden. Desaparecen.
Yo escribo. Escribir me hace sentir viva.
A veces hago el amor mientras escribo.
Hago el amor con las letras.
El teclado tiene pechos: imagino que son los tuyos.
Que tus pezones se erizan con el roce de mis dedos.
Imagino que las letras se erizan. Que me desean.
Y no me queda más remedio que hacerles el amor.
Y en vez de inventar orgasmos, invento palabras.
Para que luego hagan el amor entre sí.
Para que me sean infieles.
Me quedaré mirando el infinito.
Intentado buscar las palabras que me lleven a ser mejor,
para ti.