Escuchas. La gente habla y tu les escuchas. Mucha gente hablan por hablar. Sin tener ni idea sobre lo que hablan. Yo les escucho. Creo que mi trabajo también es escuchar a la gente. Mirarles a los ojos fijamente y adivinar lo que quiere, antes de que te lo pida. Dicen que somos psicólogos, yo creo que somos gilipollas. Al menos, algunos. En nuestro trabajo además de café, se deberían servir verdades.
Y si alguien es gilipollas decírselo a la cara: Eres un gilipollas, y tenías que venir aquí para que yo te lo dijese.
Escucho a algunos hombres hablar del amor.
Amor, para ellos, es una mujer que espera en casa con la casa limpia y la comida recién hecha. Es un polvo cuando a él le apetece. Es una niñera que cuida de sus 5 hijos pequeños. Es quien hace la compra, quien le acompaña al bar los Domingos, quien recuerda que hay que pagar la luz y el agua, la hipoteca y la ropa de los niños.
Me gustaría decirles a esos hombres: Que eso no es el amor.
Que amor es otra cosa, que va mas allá.
¿Pero como le explicas eso a un hombre que lleva con la misma idea en la cabeza 40 años?
A veces me fijo en los niños, niños de apenas 7 años. Sus padres les dan todo. Antes de que el niño abra la boca para hablar, el papa o la mamá ya le han dado la golosina o el juguete. El niño no tiene ni que pedir nada para que se lo den. Y cuando quiere algo, llora, da patadas a las sillas y a las mesas y los padres inmediatamente le dan todo lo que tienen a mano.
Ellos creen que de esa forma su hijo es feliz: que está a salvo. Creen que le están educando. Que le están ayudando, en realidad se equivocan: no le ayudan.
Le enseñan una vida que es mentira.
Cuando ese niño crezca será infeliz. Porque el día que sus padres no estén para ayudarle ese niño puede perderse, puede no saber vivir. Porque llorará y nadie le dará lo que necesita, porque se hartará de pedir algo y no estarán sus padres para dárselo.
Tendrá que ganarlo con el sudor de su frente. Trabajando 12 horas seguidas (como yo). Y llegando a fin de mes por los pelos.
¿Cómo decirles a esos padres que sus hijos están delante de una vida que no es real?. Que cuando sus hijos sean lo suficientemente grandes como para valerse ellos solos pueden llevarse el desengaño más grande de su vida:
Cuando pidan su primer trabajo y les digan que no, que no se adapta al perfil que la empresa necesita. Ese niño lo pasará mal, porque está acostumbrado a desear algo y tenerlo en el momento. Ahora no le dan ese puesto de trabajo, y ese niño-hombre llorará por las noches con desesperación, y sentirá que le han rechazado, se cuestionará muchas cosas.
Vaya... En cierta medida tu y yo tenemos algo en común, algo que debiera decir mucho más que una simple palabra. Tú eres eigual... Yo, Sr.Nadie... en realidad somos dos personas que saben que pasan desapercibidas, pero que tienen un mensaje que enviar.
Un abrazo eigual.
Me encanta tu espacio. Me siento como en casa. Una futura psicopedagoga que suele llorar por no tener lo que quiere. No es que no quiera nada, es que no me gusta lo que me dan. Y me encuentro ante la paradoja de que en apenas unos meses yo tendré que ayudar a alguien y no puedo ayudarme ni a mí misma. Voy a reírme. Reírme hasta llorar, porque no quiero mortificarme en lo malo, en todas mis cagadas. Así que disfrutaré del sexo, de los amigos, de las caricias y las sonrisas. Me despertaré pensando que un día lo haré mejor y me autoconvenceré de que no tengo razón para llorar. Todos somos unas mierdas, pero al fin y al cabo también somos abono. Veremos que crece de esto.
Escrito por: Carol, el Lunes, 29 de Enero de 2007 a las 04 PMBuff la educación de los hijos siempre es complicado, pero si que es verdad que hoy en dia hay una generación de monstruos creados por sus padres, que al revés de Saturno, devorarán a sus padres.
Yo me fijo en esas madres que a las seis vuelven del colegio con sus niños, cargadas como acémilas con las mochilas de los niños mientras éstos se dedican, en el mejor de los casos, a atiborrarse de bollicaos y chucherias.
Desde luego algo falla..
Besos y voto.
P.D. algún día sabrás quien es Emilio
¿Cómo que algún día?
Suelo ser impaciente.
¿No acerté?. Vaya.
Entonces interpreté mal tu post. O yo dejé mi imaginación volar. No lo sé.
Besos y abrazos.
Me encanta el muñeco que dice que dejemos un comentario.
Voy a estar dándome una vuelta por aquí un ratito. Hay mucha ternura.
No entiendo por qué tienes tan pocos votos :)
un beso
Escrito por: kasandra, el Viernes, 02 de Febrero de 2007 a las 11 PM