Miro mi cama.
La cama es una piscina vacía.
Si me tiro, me abriré la cabeza.
Cada noche me meto en la cama más tarde.
Cada noche busco mi reproductor de Mp3, y me meto los auriculares en las orejas. Así la piscina se llena por la mitad. Me siento menos sola.
Ismael Serrano me canta en el oído. Yo canto con el.
Algunas canciones las paso, otras las rayo de tanto escucharlas:
Él dice por mi, lo que yo no alcanzo a decir.
Él cuando escribió sus canciones parece que estaba pensando en mi, porque en cada una de sus frases me veo más que reflejada.
Cuando quedo dormida, con algunas de sus canciones, me enredo con el cable de los auriculares, y a veces, por las noches, me da la sensación de que es tu pelo el que me está rozando.
¿Desde cuando confundo tu pelo con un cable de auricular?
No se decir exactamente en que momento comenzó todo esto.
Miro mi cama.
Son nuestras sábanas.
Si cierro fuertemente los ojos puedo ver muy nítido el día que fuimos a comprarlas (las más baratas, las más bonitas).
Me siento como en esta canción: