Enero 07, 2004

Y quien dice que no

El horizonte se veía lejano. Al fondo, una delgada línea casi indistinguible separaba la mar del cielo. Grandes masas de nubes impedían ver el sol, frenando el avance de sus rayos luminosos que podrían no sólo dar calidez, sino iluminar el camino a seguir.

Con un pie apoyado sobre una bita, en el alcázar, la mirada de Kenshin era fija, como si escrutara la marea en busca de respuestas. El salitre de la brisa marina le alcanzaba la cara, refrescándole la piel curtida.

- Señor, ya hemos subido a bordo casi todas las provisiones - comentó su segundo de a bordo, que se le había acercado casi imperceptiblemente

Kenshin no apartó la mirada del horizonte.

- Bien gracias, que los hombres preparen aparejos

- Sí, señor. Disculpe, ¿sabe ya cuándo partiremos?

- No lo sé con exactitud. No depende de nosotros. De momento vayamos estibando, haciendo todo a son de mar. Nunca se sabe.

- Sí, señor

"Nunca se sabe", repitió para sus adentros

A veces no es fácil soltar amarras, pero a veces es mejor que quedarse en mal puerto

Escrito por Uesugi Kenshin a las Enero 7, 2004 12:10 PM
Comentarios

Es curioso. Muy curioso. Es como si leyeras los mismos libros que yo llevo en la mochila...

Escrito por Rojo Dos a las Enero 8, 2004 10:31 AM

Juer, pues no sabes lo que me cuesta indagar en tu mochila cada vez que vas al baño en el curro XD (es broma, no mires por encima de tu hombro a ver si hay más ojos viendo la pantalla)

Escrito por Uesugi Kenshin a las Enero 8, 2004 12:36 PM
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