Agosto 05, 2006

No eres quien pierde al ajedrez, ni una puta.

Si de mí depende puedes irte a la mierda.

Conseguiría vivir con lo que siento por ti y media docena de tumores malignos, rodeándolo, (como si algo sin brazos ni piernas pudiera ser “maligno”), dentro, eternamente, pero si logras besarme y eres aquello (es imposible) que anoche soñé que eras sufriré hasta que uno de los dos muera a manos del otro…

Y te lo voy a explicar:

[…]

Pueden pasar más de mil años, ¿Crees en esa mierda de la reencarnación?, habrá cosas que cambien… pero el mundo, aún así, seguirá siendo el de siempre (más o menos). Si te apetece meterla en ese agujero cada vez, quizá lo consigas unas mil cuatrocientas cincuenta y seis veces pero no van a ser suficientes, la tristeza es un tipo de dos metros y doscientos veintisiete kilos en la esquina opuesta, uno de esos que pueden encajar dolor por todos los lados. Sin vacilar.
Llora cuanto te apetezca, y después:
Intenta entender.
Intenta caminar sobre la llaga.

[…]

Sobre aquel pantano, como los otros, podrido…
¿Te acuerdas de eso?
Saqué cuatro fotos y monté la estúpida panorámica aquella que tanto te impresionó…

No te quise más porque jamás aprendí a querer más.
Y después algo se cayó al suelo, otra vez.

[…]

Intenta bailar, por rápido que consigas hacerlo (que, entre tu y yo, va a ser bien poco), sobre el filo de la puta navaja. La de siempre. Esa bajo el cielo. El de siempre. Intenta no afrontarlo cuanto quieras…
Imagina cosas imposibles. Sin red debajo.
Sueña en rojo y todo resultará más cálido y poca cosa cambiará.
Sube el volumen de la música y simplifica el desarrollo de la ecuación.
Date lubricante.
El resultado seguirá siendo 42.
Todavía eres incapaz de reventarlos a todos, vacunaron a la realidad.

Olvida.

No eres quien pierde al ajedrez, ni una puta.
Cae un par de veces. Llora un poco más.
No desees.
No necesites.
No añores.
No te despidas.
Ama lo exigido por la elegancia. Jodida fórmula.
No prometas.
Aprende a perder la mirada, como si lo hubieras entendido Todo, como si Todo fuera ese chicle enganchado a la suela de tu zapato (como si eso no consiguiese que te sintieras triste, de algún modo), como si la tristeza fuera tu amante, tu hermana, incapaz de embrutecerte lo suficiente. Incluso entre tus piernas. Incluso dentro de ti.

Miéntete.

He conocido la belleza, a fondo, desde lo que significa ser un mamífero de orden superior, y aunque las ostias vayan a ser (cada una de ellas distinta de la otra, cada una de ellas para mí) inapelables, el día del juicio, defenderé que mi madre era uno de esos minerales que intensifican su color cuando los humedeces.
Me moveré deprisa.
Puedes estar tranquila.
Olvidar la correspondencia.

Todo esto estaba aquí cuando abrí los ojos.
Hace veintinueve años que no quepo en el hueco.
Hace diecinueve desee ser especial.
En cuanto llegue te lo regalo.
No sabré como usarlo.

Llora.
Mira la hora.

Responderé cuantas cartas te escriban.

loprimeroquerecuerdo,
comentarios

:'

TeRMi - Agosto 7, 2006 12:04 AM

Me asusta pensar que esta página se ha convertido en una terapia para transtornos de personalidad multiple.
Kim...loprimeroquerecuerdo...un idiota...y ahora terriblerecuerdo.
No logro imaginarme donde encaja enfant terrible.

Vale,ya prou...voy a seguir con mi terapia para superar mi adicción a corazón corazón y al tomate.
Ejem.

H. - Agosto 9, 2006 01:25 AM

donde están las mentiras si somos personajes de nuestro pasado y elegimos con el su significado? Buenas lineas leo por aqui...cris

cris - Agosto 15, 2006 01:15 AM

siento estropear los marujeos, pero no tengo nada que ver con esto.

k. - Agosto 17, 2006 10:54 PM
comentarios