Febrero 03, 2004

Mi postura favorita

Hay cosas que a ninguno le gustan pero que tarde o temprano alguien tiene que hacer. Por eso hay gente que friega los báteres, gente que desatasca las alcantarillas o, por seguir con el tono, gente que vota. Por lo que uno oye, este año los ánimos no están demasiado dispuestos a cargarse con las responsabilidades de lo que este sano ejercicio puede significar. Creo que al final tendremos que hacer un pequeño ejercicio de alejamiento de nuestra idiosincrasia española y emular a los franceses el día de las elecciones: votar con pinzas en la nariz, o mascarillas antigás si es necesario. Ellos hasta que no vieron a Le Pen asomar las orejas (y el rabo) no se acojonaron de verdad, por suerte han sido lo suficientemente inteligentes como para escoger un sistema electoral con segunda vuelta, que les da cierto margen para rectificar. Nuestro sistema electoral no tiene marcha atrás (por más que el nacionalcatolicismo se empeñara en inculcárnoslo). Si por lo menos fuésemos un país de gentes instruidas y razonables, pues no pasaría nada. Pero cuando lo que realmente necesitaríamos sería un sistema que exigiese siete u ocho votaciones para aproximarse a lo medianamente justo, nos atrevimos a elegir el método de los mayores. ¿Qué significa todo esto? Que si vamos a jugar a la democracia con las reglas de los adultos, hagamos como si lo fuésemos. Reflexionemos.

Antes de empezar este (o sucesivos posts referentes a la actualidad política nacional que tan bien desconozco) voy a explicar un poquito cual es mi postura ante la "democracia" esta. Por mera pedantería me abstengo de citar a Churchill, por muy acertado que estuviese. Y de entre lo menos malo, en mi opinión, el repartir ese poder que emana (en vaharadas como el sudor en invierno) del pueblo soberano entre cuantos más grupos ideológicos diferentes hará que el ejercicio del mismo sea más difícil, más concertado, más eficaz, finalmente. Porque hablar de dificultad en el ejercicio del poder es hablar de una mayor exigencia en la calidad de este, y porque un poquito de lastre tampoco le vendría mal a esta clase política que tenemos (porque nos la merecemos). Explico así que ni el monopartidismo ni el bipartidismo me acaban de convencer, y el multipartidismo, si se mantuviese en una tónica de conflicto dialéctico encaminado a la convergencia en forma de gobiernos plurales, pues quizá sí (es que ahora mismo se me ocurre el ejemplo italiano y me da la risa). Digamos que el tripartito catalán hasta me hace ilusionarme (los errores que hayan cometido los considero en su justa medida, pero igual que considero los pasos -que yo creo- acertados de los que he tenido noticia). Me hace ilusionarme con una transformación de la concepción política que tenemos en este país. Falta aún mucha politización seria de la ciudadanía y, me temo, hasta dentro de mucho tiempo, quizá todo, esta no se va a dar. La politización es conveniente por varios motivos, el primero es porque obligaría casi a cada individuo a inmiscuirse en el hoy tenebroso mundo de las ideas. A tenerlas, desarrollarlas, exponerlas, enfrentarlas, modificarlas, mejorarlas... muchas cosas. Esta carencia provoca la desolación en sólo una mirada. La clase política que tenemos no es ni mejor ni peor que otras es, como decía antes, la que nos merecemos.

Nos merecemos el bipartidismo tácito (a nivel nacional sólo, a menos mal). Nos merecemos que el bipartidismo no se rompa a favor del "Tercer Partido" o, mejor dicho, que el "Tercer Partido" no lo sea en la realidad por la sobrealimentada importancia de los partidos nacionalistas. Yo, en mi humilde opción personal (que de momento solo he podido ejercer una vez), apuesto por el tercer partido (el que sea, a menos que se me presente alguna objeción moral -obviamente-) porque considero que la única forma de romper gobiernos solitarios o duales en España es incluir un tercero. Esto es lo que me gustaba del tripartito. Y como soñar un cuarto es demasiado hasta para mí, me conformo con apostar (en esa única ocasión, por cierto, en vano: ni un concejal) por el tercer partido.

Sin embargo, por muy convencidísimo que esté de la conveniencia ética de esa, mi postura favorita, si me quiero preciar de inteligente (entendiendo esta vez, a conveniencia, la inteligencia como la capacidad de adaptación a las necesidades) no puedo dejar de ser realista. Y el realismo me lleva a notar que, igual que en esa primera ocasión en que ejercité mi opción no obtuve ningún resultado positivo (en una cosa que debería atañer realmente a seis mil millones de personas, el acierto o desacierto de uno solo poco hará nunca). También me hace consciente de otra realidad más dolorosa y urgente todavía: una tercera legislatura del Partido Popular al frente del Gobierno podría hacer un daño (en todo caso, como vengo repitiendo, merecido) a España irreparable en varios aspectos: la sanidad, la educación, la concepción democrática o la relación con Europa entre los más evidentes. Como tengo previsto abundar en los motivos que harían preferible hacer de tripas corazón y, sea cual sea tu firme convicción, replantearte la posibilidad real de efectividad de la misma (o de conveniencia para la salud del país si es que esta era votar al PP) y pensar hasta qué punto no convendría favorecer una alternancia en el Gobierno. Esto no significa que piense que el PSOE va a hacer las cosas bien, ni siquiera menos peor, o que un Gobierno de Zapatero fuese a pasar de, con suerte, ser un Gobierno mediocre. Pero sí tengo varias esperanzas: la primera es que ese mal inenarrable que se nos vendría igualmente encima (no lo olvidemos) lo haría de una forma más lenta, con lo que podríamos ir paliando sus efectos de una forma más eficaz; la segunda sonará a chiste, pero es real como la vida misma, a los hechos me remito: quienes gobernando con el PSOE han cometido atropellos contra la dignidad del país, o incluso meros delitos y crímenes varios, han sido, por lo general, juzgados, encarcelados, castigados en definitiva de un modo u otro. El PP no sólo no ha hecho autocrítica jamás, sino que además ha errado sistemáticamente de forma sectaria (veasé como ejemplo malintencionado, la enconada defensa que hacía Fraga del alcalde de Toques).

Nunca han reconocido un error, menos aún sus cohechos y trapicheos; jamás entendieron el concepto de rectificación y, tristemente, sospecho que tampoco captaron muy bien el funcionamiento del sistema parlamentario. Los ardides y argucias que han usado para escabullirse de tener que dar siquiera la cara hacen que la compasión que me inspiraban por tontos haya mudado en indignación inspirada por su vulgar sinvergonzonería: de tontos es equivocarse, de sinvergüenzas es autoeximirse de las responsabilidades, salpicar si se puede a quienes nos venga mejor salpicar en ese momento y, poco a poco, ir cargándose lo poquito que había conseguido construirse de democracia en los primeros dieciocho años. Esta sinvergonzonería (repito esta palabra como sinónimo de un plantel de tropelías tal que me emboto hasta para enumerarlas) es la que ha conseguido que se hayan resucitado en este país pensamientos que se soportaban latentes desde el 75 o se añoraban desde que los fusilaran en el 39. Y si hay algo que me da miedo (conociendo hasta donde conozco la psicología de los españoles) es eso. Aquí es cuando una de esas frases que leí una vez y el momento queda deslucido porque no recuerdo al autor: "Caín era español".

Y por si alguno, en su pleno derecho, oiga, pensaba acusarme de haber sufrido alguno de mis habituales accesos de bilis pues le doy la razón: tengo mucha bilis. Pero ellos me la causan, y la acidez me hace vengativo...

Posted by germanmj at Febrero 3, 2004 12:00 PM
Comments

Pues aunque te parezca increible yo he tenido que oir a mucha gente decir que es el PSOE quien, en su hipocresia y maldad infinita, es el responsable de retrotraernos a los instintos homicidas de la guerra civil.
(Por cierto, estas haciendo lo mismo que Michael Moore en EEUU, solo que el al final voto al viejo verde)


Y si, nos lo merecemos. Porque que primero saliera en los periodicos que el CNI tiene informes del caso Carod, que algunos politicos del PP se limitaran a decir "Yo no hablo de esas cosas" o "Eso es insultante", que luego Zaplana dijera que ellos no sabian nada (y esa pasase a ser la version oficial), que mas tarde Zapatero dijera que todos mentian porque el tenia constancia de que el gobierno habia recibido dicho informe, y que por ultimo ahora hayan rechazado con sus escaños todas las peticiones de la oposicion en el parlamento para impeler al CNI a decir lo que sabe, y todo esto sin que el PP haya bajado un solo punto en las encuestas...

Posted by: Piripiflautico on Febrero 3, 2004 11:11 AM

Pues yo pienso ir a votar con media cara pintada de azúl, mi espada claymore en una mano y mi pasaporte en la otra.

Posted by: uno al que le están aflorando los instintos ibéricos on Febrero 3, 2004 11:18 AM

Ya que lo dices...se podia montar alguna escenificacion el dia de las elecciones, no se, algo para protestar.
Joder, si en el Reino unido (y solo con un poco de publicidad por internet) consiguieron que se incluyese "Jedi" como una de las religiones del pais...

Posted by: Pirpiflautico on Febrero 3, 2004 01:07 PM

Yo aunque ya he votado unas cuantas veces más que tú, ésta, tengo un lío de cojones, las estrategias nunca han sido mi fuete y en la segunda jugada que intento prever ya me he perdido. A todo lo que expones, tengo que sumar que me preocupa también la repercusión que pueda tener mi voto en Catalunya. Si el PSOE (sobre el que comparto tu moderada opinión) acabase gobernando (alguna esperanza habrá, digo) no sé yo si me gusta demasiado la opción de tener a los mismos (pese al tripartido) que en la Generalitat.
...
Odio hablar de política, no lo haré más.

Posted by: haditjé on Febrero 3, 2004 01:30 PM

Con que se llevasen la mitad de mal que se llevan aquí en Madrid el alcalde y la presidentadura postiza, no veas lo que te ibas a de reir...

Posted by: Germán on Febrero 3, 2004 03:02 PM

Feuerbach.

Posted by: Adrián on Febrero 3, 2004 03:40 PM

Estoy de acuerdo al 100% con lo que dices,es malo equivocarse pero equivocarse e intentar esconderlo todo eximiendose de toda culpa y echandosela a los otros...es de sinvergüenzas,un saludo;)

Posted by: Peny on Febrero 3, 2004 04:15 PM

Sí, que sí, que vale. Pero me has hecho escuchar Tre Parole, y eso no te lo perdono.

A mí lo que realmente me gusta de la alternancia de gobierno es que cada uno deshace en la medida de lo posible lo del anterior. Teniendo en cuenta que la mayoría de cambios son a peor (datos cantan), la alternancia nos garantiza un ritmo más lento a la hora de despeñarnos.

Que aunque, eso sí, nos la vamos a pegar igual, verlo a cámara lenta siempre ha tenido más gracia.

Efe, Termodinámico Ocultista.

Posted by: efe on Febrero 3, 2004 05:34 PM

Ponte algo de los Gigatrón pa que, al menos, haya algo divertido e interesante en tu puto blog.

Y no se haga tan jodidamente pesado leer un párrafo... incluso uno de algún coemntario.

Rayaos...

Posted by: Gablin on Febrero 3, 2004 06:14 PM

Es pesado leerle, pero es justo también, porque aunque todos sepamos que no le cuesta apenas esfuerzo expresarse así de bien, al menos le lleva tiempo. Un tiempo precioso que debería, por cierto, haber empleado en dormir, para no dar el lamentable espectáculo de roncar en la galeria de la Facultad a las 11 de la mañana.

A pesar de todo te quiero, cariño mío. (Se acercan días pastel, advierto)

Posted by: Rear Window on Febrero 4, 2004 01:10 AM

Irene coño, que te va a bajar la regla, no te va a subir el azúcar.

Y lo justo sería darle una paliza, por pesao y por avergonzarnos en público...

Posted by: Gablin on Febrero 4, 2004 06:33 PM

Me ha gustado tanto este post que lo estoy imprimiendo para que lo lea mi madre xD

Escribiría algo sobre esto, per hoy es el día de la semana en el que dejo del cerebro en la nevera y me pongo a jugar a videojuegos.

Otra vez será.

Posted by: Sanscrit on Febrero 5, 2004 07:59 PM

Joder Sanscrit yo quería hacer lo mismo XDDDDDDD

Posted by: haditjé on Febrero 6, 2004 07:34 PM
Post a comment