Abril 03, 2004

¡Tente, lego!

¡Tente, lego! [1]

Deberían poner, como el NO FUMAR [2] del que tanto pasa la gente, cartelitos con esa advertencia por muchos sitios. Probablemente obtuviéramos el resultado mismo o peor que el que conseguimos con el antitabaquista, pero el regustillo de victoria moral no nos lo iba a quitar nadie. Lo malo es que todavía no sé (pronto lo lograrán, seguro) cómo se podría colocar un cartelote así en la mente de cada cual, que apareciese como un pop up cuando el individuo en cuestión estuviese a punto de dar el último y nefando paso desde la seguridad del suelo firme hacia la procelosa tiniebla del hablar por no estar callado. Aunque muchos lo agradecerían (porque hombre prevenido vale por dos, pero si además cuenta con ayudas como esta la cotización sube muchísimo), quizá es porque ellos son quienes menos lo necesitan.

Intentar expurgar la ignorancia de este país sería como prohibir los toros; el jamón o el botijo al lado de la hamaca cuando la siesta, no sé si me explico [3]. Aquí es deporte nacional, razón de orgullo y satisfacción para henchir pechos y, en ocasiones, hasta invadirlos de medallas [4], demostrar que se es zafio, zote y hasta malo (que ser malo no es más que otra forma de ignorancia). Porque una cosa es saber qué ignoras cuando sabes algo, que siempre será muy útil para mejorar como persona (últimas noticias caballeros: saber cosas es bueno); y otra muy distinta es emperrarte en no llegar a saber nunca nada, en hacerte abanderado de la estupidez o lo que es peor aún, de ese ignominioso sustituto del saber que tanto gusta por aquí, el creer. El creer que se sabe. No hablo ya sólo (es solo una pequeñita parte) de cuestiones religiosas. Son también las políticas, las balompédicas, las culinarias... la lista es tan interminable que acaba por abarcar, sin tremendismo ninguno, a toda la realidad. Hablo de la realidad de la buena, que para sustituciones embebedoras ninguna como ese constructo (que en términos marxistas, más asequibles, sería la Superestructura) al que nos vinimos a vivir hace ya miles de años, abandonando a la Estructura a las manos de una suerte de sinvergüenzas, que no tienen por qué ser siempre los mismos, pero que sí son un aspecto de lo más inevitable más en esta pauta de inevitabilidad cuántica que es nuestra Historia, y que vienen a ser los que intentan (lamentablemente también lo consiguen casi siempre) ofuscar nuestros ojitos echando sus humos de colorines y sus fuegos de artificio allí donde más nos duele: a la cabeza [5].

El amigo Adrián, y con razón, odia a los filósofos griegos. Sin meterme en extremismos, quiero hacer público mi disgusto para con Platón, por habérsele ocurrido la brillante idea de decir que la perfección solo era posible en el mundo de las ideas, y encima quedarse tan pancho y, seguro, sin pararse a pensar que todo esto lo decía bajo un severo estado de embriaguez. Nada hay como analizar un poquito nuestras vidas, las nuestras propias que vivimos cada día, para darnos cuenta de qué poquito vivimos de verdad, para lo mucho que creemos vivir.

¿Que a mí que más me dá?

A mí, tengo ese terrible defecto que, me cuentan, quizá se me pase con la edad, me importan los demás.

¿Que la gente es más feliz así?

Y, como todos hemos podido notar ya, la felicidad no es el estado natural del hombre.

Lo más triste, lo verdaderamente irónico, es que hasta todo esto que acabo de decir, no deja de formar parte de ese mundo estúpido y peligroso de las ideas [6].

Lo horrible es que si funcionase ese cartelito que nos ayudase a ser conscientes de lo verdaderamente inconscientes que somos, viviríamos callados. Todos. Siempre.

==== Notas ====

[1] Las reminiscencias que pueda tener el título, aparte de lo que obviamente signifca, no son gratuítas. A mí me gusta juntar las palabritas, las ideas, encajándolas para construir cosas. Normalmente raras, que difícilmente se sostendrían en pie, pero siempre con la misma ilusión que me hacía de pequeño juntar los ladrillitos.

[2] No es un concepto tan difícil de entender. Incluso han inventado un sistema áltamente iconográfico (un circulito rojo con una línea roja que cruza sobre un cigarrillo, símbolo internacionalmente reconocido como de prohibición) para que la gente no se tenga que molestar en leer. A pesar de ello la gente sigue fumando, por ejemplo, en el metro (es uno de los sitios donde más cartelitos hay por metro cuadrado). Dadas estas circustancias... ¿No es normal que piense en el importante arraigo del analfabetismo funcional en nuestro país?

[3] Y alguien dirá: "¡Eh, tú eres español y te las das de...!". Nada más lejos de la realidad, amiguitos. Según el creíble, inteligentísimo y fallera mayor del reino si hace falta, periodista-gurú Federico Jiménez Losantos, ya no tengo derecho ni a ser español. Españoles sólo lo pueden ser los de derechas. Porque la izquierda no tiene sentido de la Patria. Mira, en mi caso a lo mejor es verdad, porque si ser español es ser como él, prefiero no serlo. Mi cierto cariño a un territorio artificialmente delimitado por unas líneas ficticias de mera utilidad administrativa no superará nunca al aprecio que le tengo al hecho de saberme un ser humano completo y maduro.

[4] Me han dicho que si además demuestras una especial carencia de valores (o más bien, exhibirlos e imponerlos -vulgo dar obligatoriedad a las clases de religión católica en los colegios públicos- pero sin molestarte mucho en regirte por ellos -vulgo, aunque el Papa diga que la Guerra de Iraq es mala yo digo que es buena porque infalible, infalible, como yo ninguno-.) te permite optar a una estupenda medallita de oro atada con una cinta roja, blanca y azul que te entrega el Congreso de los Estados Unidos.

[5] Aquí es donde yo me siento un Abraracurcix con extra de apocalíptico, acojonado por lo que va a pasar cuando toda esa Superestructura hueca se nos caiga sobre las cabezas, pero encima (¡Por Tutatis y por Belenos!) sin siquiera un par de serviles que se quieran ofrecer de porteadores para llevarme corriendo a buen cobijo.

[6] Vamos, que visto como va el mundo. Visto lo que hacen y dicen unos, y lo que hacen y dicen los otros. Visto lo bien que somos capaces de ponernos todos de acuerdo en todo. Visto lo límpios de mente y mente (se siente, en almas no creo) que somos todos. Y, por supuesto, visto lo clarito que vemos y cantamos algunos (todos, en realidad) las soluciones a todos y cada uno de los problemas que se plantean en el mundo cada día, así como la facilidad que tenemos para aceptar las ideas no ya contrarias, sino meramente diferentes a las nuestras (¡Disidentes!) ... no me extraña que todo siga igual de mal, y cada día peor: ¡Somos el puto Frente Popular de Judea!


Posted by germanmj at Abril 3, 2004 12:00 PM
Comments

MODE TOCAPELOTAS ON:

"Abraracurcix"

De nada.

MODE TOCAPELOTAS OFF.

Posted by: efe on Abril 3, 2004 05:34 AM

Lo siento pero yo estoy de acuerdo con Platón. Sólo en las ideas se pueden encajar las piezas como en un Lego. En la vida real tendremos que encajar un cerebro de 3 tallas superior al cuerpo, o unos sentimientos trasladados de lugar y tiempo, o un ego que no nos permita ver donde están nuestros propios errores

Posted by: hallofon on Abril 3, 2004 11:45 AM

Pues yo creo que las ideas, los pensamientos y en general la mente de los humanos, es tan desordenada y tan incoherente como sus propias vidas. Ni siquiera en las ideas encajan las piezas como un lego.

Posted by: Lyzzie on Abril 3, 2004 12:32 PM

Eso, eso, pongámonos de acuerdo con Platón.

Preguntaría acerca de cuántas personas están de acuerdo con Platón y son ateas, pero no quiero tener que explicar su contradicción "de idea"...

Lo suyo, claro, es vivir desde ya creyendoq ue existe una perfección. Hasta ahí bien. Sin pruebas. Sin evidencias. Sustentándonos en la creencia de otro que hemos transformado en nuestra. Lo que se dice la FE, vamos.

Sin querer faltar al respeto a la gente creyente, esto es todo lo mismo. Vivir creyendo que hay algo al final. Ya sea Dios, la perfección, el paraíso... Simplemente, marcarnos un motivo para vivir que justifique las penurias que pasamos. Cuando lo que deberíamos hacer, a lo mejor, es vivir. Con esa sencillez del que no necesita ser perfecto para vivir comodamente. Porque para eso, y es muy fácil, sólo hace falta vivir comodamente.

Parece una tontería, pero en un mundo más centrado en el fin que en la vida, es jodido ser una persona que, por no saberlo, prefiere no inventarse excusas para pasarlas putas...

Ah, sí.

Que no somos perfectos.

Que nos toca vivir una vida de pecado en busca de la redención.

O sea, Platón. Y Descartes. Y Dios. Y su puta madre.

Ea, ya me he enervado.

Posted by: Adrián on Abril 3, 2004 10:12 PM

Platón es sabio, calandrajos.

De todas maneras, y por mucho que San Agustín -y otros; vaya, no encuentro la cita de Nietzsche al respecto- hayan tratado de arrimar la sardina de Platón a su ascua, fusilando toda la moral cristiana del viejo ateniense; por mucho que, Platón, hace 25 siglos creyerá en dioses, y dragones -"nosotros" creemos que el PP es de centro, por limitarme a una muestra superficial del folklore fantástico contemporáneo. Contextualicemos, contextualicemos-, no quita que, Platón, en muchos aspectos, siga estando incontrovertiblemente vigente a día de hoy...

Por ejemplo, en civismo -"el Deber"-, en esta lucha contra la ignorancia de la que habla Germán, etc, etc.
Platón, con su mundo de las esencias, plantea un marco estético para la argumentación de lo más atractivo...

Sobre el propio motivo de este post, en el "Protágoras", Platón hace una reflexión acojonante sobre por qué el hombre es ignorante... la fatalidad, que diría García Márquez.

Viene a decir que ningún hombre es "malo" -y en este malo se engloban muchas cosas- conscientemente -también sabemos que lo de que el hombre es "bueno" por naturaleza es una de las cosas que los cristianos le fusilaron a Platón-. El hombre, se ve abocado al mal por mera ignorancia. Por no tener los sentidos avezados en "medir" e identificar las "cosas"... -tengo una pereza terrible por buscar lo que dice literalmente-.

El hombre siempre cree que lo que hace es bueno, porque está engañado por su propia percepción.
Esta percepción sólo se entrena con la filosofía... vulgo, "el fascismo se cura leyendo", verbigracia.

Pero, estoy divagando...

Posted by: Isabelo on Abril 5, 2004 04:26 PM

totalmente de acuerdo con Isabelo.

BEXETS!

Posted by: Lux on Abril 13, 2004 08:04 PM
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