Julio 17, 2004

El poder del botijo

El siglo XXI ha llegado amigos. Ese futuro apocalíptico de ciudades derruidas, territorios desérticos y famosas en topless que bien conocen los aficionados a la ci-fi ya está entre nosotros, hecho presente, y tan denso que es casi tangible. En estos días de atrás, y seguramente todavía algunos más de los próximos, las temperaturas han estado jugando a ver quién la tiene más grande en nuestra atmósfera. El calentamiento global, el efecto invernadero (que no es el nombre de una estrategia propia del Polideportivo Ejido) consiguen que el viejo sol, a quien agradecemos cuando es morigerado y primaveral, se comporte como un culturista bakala con esteroides: se luce lo más que puede, nos quema, nos machaca, se nos aploma encima y nos da dolores de cabeza. Y aquí, en la ciudad, entre asfaltos y hormigones, el calor reseco se instala con pocas dificultades hasta en el último rincón de sombra. El calor, en mi desierto, se daba unas vueltas por la playa; jamás entraba en una casa si no le invitabas y, sensato, solía retirarse a descansar a una hora prudente. El calor, en mi desierto, era más civilizado.

A las temperaturas a las que estamos llegando, en las que hasta los jóvenes, sanos y robustos (como yo) nos encontramos derrengados y plomizos, los ancianos y los niños corren serios peligros. Parece absurdo que en un país como este haya que hacer campañas para prevenir a la gente contra el calor. Pero la gente es muy absurda, y en este país más. Aunque por sí sola no sea bastante, me parece muy útil la publicidad que se está haciendo para informar a la gente de cómo evitar los famosos "golpes de calor" y las deshidrataciones (qué cosas, antes estas cosas la gente las sabía de forma "innata"). Aunque Irenita diga que el tipo del cartel que da agua a la anciana tiene cara de psicópata y yo piense si acaso la anciana no tiene manos para ponerse solita un vasito de agua fresca. Quién me iba a decir que algún día se iban a anunciar, de forma altruista y bienintencionada, sin mencionar lo typical spanish que son (agradecido estoy), unas sanas medicinas como el sombrero de paja, la siesta a la sombra y el botijo poderoso.

Posted by germanmj at Julio 17, 2004 06:13 PM
Comments

No nos olvidemos del ventilador y del aire acondicionado a -10ºc (que viene estupendamente para la garganta).

Posted by: K-c on Julio 17, 2004 06:34 PM

HOMBRES: tened la regla.
Yo estoy periódica estos días, y con mi consecuente bajada de temperatura corporal, ni me estoy enterando del calor.

Posted by: Rear Window on Julio 17, 2004 06:47 PM

Escuadra y cartabón a lo sumo.

Posted by: Somófrates on Julio 17, 2004 09:55 PM
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