Enero 12, 2005

El lobo que intuyó Hobbes

Ser un animal racional es lo que distingue a los seres humanos de los otros simios antropoides. Y a los seres humanos se llaman Homo Sapiens Sapiens.

Luego existe el Homo Credens Fidelis, que es cualquier cosa menos, como su nombre indica, un Homo Sapiens Sapiens. Esta especie ha decidido (o no) abdicar de su supuesto raciocinio congénito para entregarse al desarrollo de... otra cosa. Algo que se llama "fe", y que consiste en creer, opinar, suponer...; y que no tiene nada que ver con la razón, que es algo que consiste en saber. Estos seres no-humanos (no voy a mojarme en si mejores o peores que los humanos), aprovechan la similitud fisiológica para parasitar a la especie buena.

El provecho que los inútiles Homo Credens Fidelis han conseguido del Homo Sapiens no es menudo. Porque, a pesar de lo que se suele dar por supuesto, la Inteligencia inteligente suele conllevar algo de bondad, en caso contrario nos encontraríamos alabando lo inteligente del tipo que diseñó las cámaras de gas. Y en fin, la bondad -el Homo Credens Fidelis lo suele entender como estupidez-, del Homo Sapiens Sapiens le ha llevado a compartir, voluntaria o involuntariamente, a lo largo de la Historia todo tipo de saberes (científicos, médicos, humanísticos). Hasta cierto momento, la cosa colaba como simbiosis: tú a lo material, yo a lo espiritual. Ahora un poquito de perspectiva histórica y el conocimiento de que el espíritu no es más inmaterial que un electrón les han dejado sin máscaras.

Lo malo es que el Homo Credens Fidelis, muchas veces incapaz de comprender los intríngulis del ingenio que desarrollaba el Sapiens Sapiens, seguía acumulando sus ingenios robados asimilándolos según su única capacidad, imaginándolos.

Y diréis, ¿bueno, dónde está el problema? Si el Homo Sapiens Sapiens no tiene objeciones morales o éticas a compartir su sabiduría con el resto de reinos -mínimo animal y vegetal (se utilizan los conocimientos humanos para, por ejemplo, repoblar ecosistemas con sus especies de flora y fauna autóctonas que se extinguen; y curiosamente muchas veces a causa del Homo Credens Fidelis)- ¿por qué es mala la existencia del Homo Credens Fidelis?

Pues no es mala per se. Sabemos, se puede comprobar con hechos, datos y registros históricos, que su existencia no solo ha enlentecido el progreso de sus amistosos vecinos los seres humanos. También han aprovechado los conocimientos sustraídos para aplicarlos sin esa bondad que le concedíamos a la Inteligencia (es decir, con la maldad consustancial a su imbecilidad) y adquirir poder efectivo sobre el sistema humano. Normalmente en forma de fuerza bruta, lo que mejor se les dá, pero también aplicando otras tecnologías o estrategias de control, prueba evidente de que sería una buena medida disuasoria que el Homo Sapiens Sapiens dejase de compartir, en vano, sus conocimientos con ellos hasta que demuestren el desarrollo de capacidades éticas compatibles.

Podríais pensar que todo esto solo es una falacia conspiranoide. Podríais saber que lo es.

Pero lo cierto es que por opinar una verdad así de argumentable (que no digo que ya la haya argumentado), podría considerarse que estoy cometiendo un delito. Mientras que haber establecido un Código Penal así y obligado a los seres humanos a aceptarlo, física y psicológicamente, como válido, solo será delito donde lo puede ser: en la realidad, no en sus percepciones.

Posted by germanmj at Enero 12, 2005 12:03 AM
Comments

¿Qué delito concretamente? Que servidor no está muy puesto en el tema y me ha dejado con la curiosidad...

Posted by: Chache on Enero 12, 2005 01:35 AM

Eso que se lo pregunten a mi abogado.

Por cierto, y como rectifiacar es apropiado, apunto que (al menos en el CP del 95) sí que se añadía un punto 2:

"Artículo 525.- 1. Incurrirán en la pena de multa de ocho a doce meses los que, para ofender los sentimientos de los miembros de una confesión religiosa, hagan públicamente, de palabra, por escrito o mediante cualquier tipo de documento, escarnio de sus dogmas, creencias, ritos o ceremonias, o vejen, también públicamente, a quienes los profesan o practican.

2. En las mismas penas incurrirán los que hagan públicamente escarnio, de palabra o por escrito, de quienes no profesan religión o creencia alguna."

Posted by: Germán on Enero 12, 2005 02:17 AM

Ah, ¿pero eso no se aplicaba a todos los seres humanos indistintamente de su credo?

Vamos, que si hay que especificar, exijo que hagan una ley que pene de ocho a doce meses a quienes ofendan y vejen a los empleados del sector telecomunicativo (¿o es que a caso os pensáis que requiere menos fé creer en las ondas electromagnéticas antes que en Dios...?)

En cualquier caso, yo seguiré siendo un forajido. Un fuera de la ley. Dios nos otorgó el don de poder cagarnos en la madre de nuestros congéneres (incluso en la suya de él) sin tener que pedir permiso, y no pienso renunciar a ese derecho divino.

Posted by: Somófrates on Enero 12, 2005 09:53 AM
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