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De viaje por la ruta del bakalao

Esta mañana, tras remolonear más de dos horas en la cama, me he ido al hospital a ver al mio padre. Como ando un poco desconectado, y no sabía si me tendría que quedar, me he llevado "Música para camaleones". Últimamente me ha dado otra vez por Truman C. y me estoy leyendo todos los libros que tengo. Mi favorito sigue siendo "Los perros ladran", aunque después de acabar "Plegarias atendidas" me he quedado con dudas.

He llegado rapidamente, la primera vez en mi vida que cogo a tiempo el bus, y ahí estaba mi madre charlando con la mujer del otro enfermo. Cuando he abierto la puerta estaban con el muy socorrido tema de "mis hijos son unos cerdos que no se hacen ni la cama". He dejado la chamarra, y unos pastelitos que había comprado y me he visto envuelto en típica conversación de:

- Así que este es el pequeño?
- Si
- Pues será el pequeño, pero de pequeño no tiene nada, eh?

Es ahí cuando a mí me gustaría contestar alguna lindeza tipo: "pues espere a verme el rabo, señora". Pero me limito a sonreir y a callar. Tras pasarme el parte del día, mi madre ha seguido con la otra maru, mi padre se ha puesto a leer su novela del oeste (es fan de Marcial de La Fuente) y yo me he puesto con mi libro. LA FAMILIA ADAMS reunida una vez más.

Con la "maru-conversación" en una oreja, y la tele del otro enfermo en la otra, me ha sido imposible leer dos lineas seguidas así que he cerrado el libro. He hecho bien, porque la "maru-conversación" estaba en lo mejor.

La otra ha afirmado que los hombres de hoy en día son como las mujeres. Al oirlo, mi madre ha caido presa de un ataque de risa/histeria que bueno, la hemos tenido que meter de bofetadas y todo a ver si así se tranquilizaba. Con lagrimas en los ojos, y mientras se le iba pasando el ataque de risa, ha empezado a enumerar una serie de hechos (casi todos relacionados conmigo) que tiraban por tierra el comentario de su nueva amiga.

Ahí estaba yo, aguantando estóicamente el ataque de mi progenitora. Con cara de poker, sin decir ni esta boca es mía. Mi padre, escondido tras la novela del oeste, se reía por la bajines porque sabía que en cualquier momento el ataque se podría dirigir hacía él.

Menos mal que la otra, que al oir a mi madre tambien quería su dosis de guerra, ha empezado con su marido, que en un vano intento por escabullirse ha subido la tele a un volumen dificilmente tolerable por el oido humano. Pobre, no ha hecho más que empeorar la situación. Su mujer también ha subido el volumen y, ademas de nosotros, la han oido en toda la planta.

Mundial cuando ha dicho que estaba hasta el gorro de la ruta del bakalo que se hace su marido todas las noches. Nos hemos quedados todos un poco como Son Goku cuando se caía de espaldas. Yo porque la ruta del bakalao me suena a cuando estaba en el colegio y escuchabamos "Lo más duro 4" y cosas así, y mi madre porque se ve todos los Diarios de Patricia y eso de la ruta del bakalo le suena a sodoma y gomorra.

Al ver nuestras caras nos ha explicado que la ruta del bakalo es lo que hace su marido para cambiar de canal. Él está viendo La Primera de TVE (canal 1) y para ver lo que dan en TELE 5 (canal 5) pasa por el 2, por el 3 y por el 4. Pero no es que quiera hacer zapping, es simplemente que no le entra en el cerebro que pulsando el 5 llegaría antes.

Mi padre ha bajado la novela, y nos hemos quedado observando al marido (que no se enteraba de nada porque estaba cambiando de cadena) con cara de vacas mirando el tren, mientras la señora se tiraba por los suelos de la risa, agarrándose la tripa.

Escrito por Ines Presiva a las Diciembre 19, 2004 04:49 PM