Junio 12, 2004

Abrí los ojos VIII

Continuación del relato "Abrí los ojos". La nueva experiencia de Belén está a punto de consumirse.

Después del café Alberto sin pensárselo me besó. Me empezó a acariciar y Julia se unió a nosotros. Poco a poco nos fuimos quitando la ropa. Para mí la situación era bastante incómoda y al principio me corté bastante. Me retraía mucho besar a Julia. Pero cuados empezamos a meternos en ambiente, mi sensación cambió. Julia era ahora la que estaba besando a mi novio, era la que llevaba el control de la situación. Estaba tranquila, calmada y “en su salsa”. Yo decidí entonces tranquilizarme y disfrutar de esta experiencia. Nos fuimos a la cama. Nos tumbamos los tres. Alberto en el centro con una a cada lado. Julia en el lado izquierdo y yo en el derecho. Sonaba la radio de fondo y de repente decidimos levantarnos e improvisarle un estriptis a Alberto. Uno entre las dos. Nos pusimos de espaldas a él y comenzamos a tocarnos los pezones y a movernos al compás de la música. Sensualmente. Nuestras lenguas se entrelazaron y Alberto cada vez estaba más excitado, al igual que nosotras. Así que fuimos lentamente hacia él, le tumbamos suavemente en la cama y, entre las dos, decidimos vendarle los ojos y pasarle un cubito de hielo por el torso. Alberto se quejaba de lo frío que estaba, pero le encantaba y nosotras estábamos muy encendidas. Así que después, Julia se arrodilló y suavemente le lamió. La metió en su boca y empezó a mover la lengua alrededor y después hacia delante y hacia atrás, cada vez más rápido. Yo miraba. Me gustaba verlo. Julia se la introdujo. Practicaban la postura del perrito. Ella gemía y gemía, y gritaba: “sí sí sí , sigue, vamos”. Julia tuvo el orgasmo antes que él, así que para finalizar me tocaba a mí. Me tocaba ganar y se la afortunada que haría que él alcanzara el éxtasis. Albero y yo nos pusimos en la posición del misionero y me la metió. Que gran placer sentí cuando él lo hizo. Me mordía el cuello, me basaba mientras nosotros dos gozábamos juntos de ese polvo. Yo no podía más, él tampoco y los dos nos besamos y gemimos juntos, alcanzando el orgasmo a la vez.
Uno de los mejores polvos de mi vida. Estaba a punto de amanecer. Era hora de descansar. Los tres estábamos agotados. Le quiero.

Escrito por lluna a las Junio 12, 2004 12:10 PM
Comentarios

Pues yo no sería capaz de compartir a mi novio

Escrito por akila a las Junio 15, 2004 03:57 PM
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