Abril 25, 2006

Confesiones


No sé como empezar. Creo que en las confesiones el comienzo siempre es complicado. Sí, esto es una confesión porque necesito desahogarme. No he superado todavía un bache que hubo hace algún tiempo en mi relación. Llevo dándole vueltas a esto varias semanas y he llegado a esta conclusión: si no fuese tan celosa, tendría más seguridad en mí misma (vivir la vida no es leer un libro para pararse a leer todas las lecturas posibles). No me concentro, en absoluto, en ser yo. Miro mi reloj boca abajo y me parezco a él. Siempre fuera de lugar.
Además, un factor fundamental para que mi paranoia aumente es creerme menos de lo que soy. Se suele decir que las comparaciones nunca son buenas y pienso que es cierto, pero algo imposible de no hacer. La inteligencia y la originalidad son cualidades de personas auténticas que valoro mucho porque no me veo sobresaliendo en algo (sigo buscándome a mí y mi motivación perdida).
En todo momento, pueden surgir nuevas amistades. Yo admiro a esa gente que tiene un algo especial a ese círculo al que nunca accederé por temor; todos ellos con sus temas individuales pero compartiendo algo más que palabras y, con los que las horas parecen no pasar hasta que una llamada de alguien inoportuno te devuelve a la realidad. Yo soy esa inoportuna que en ocasiones es tan soñadora como una niña.

Esperando a que las olas toquen mis pies,
esperando a que el sol vuelva a salir.

Escrito por lluna a las Abril 25, 2006 08:52 PM
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