i El Lobo Estepario - Así que ser guay era esto...


11 de Febrero 2005

Así que ser guay era esto...

Publicado 11 de Febrero 2005 a las 09:11 PM

Anoche acudimos una buena representación de ciberpunk.net a la mesa redonda "Poesía y Nuevas Tecnologías". Siendo un chico de provincias exiliado en Madrid era una oportunidad más de mezclarme en los ambientes culturetas e intelectualoides de Madrid.

Había allí una fauna de lo más interesante. Está claro que yo nunca entraré en el Olimpo de la Cultura porque no me imagino llevando gafas de pasta, ni coquetos pañuelos al cuello a lo Antonio Gala o fumando en pipa (palabrita del niño Jesús que había gente así anoche). Y es que como le dije a Mary: "Si algún día termino así dispárame a las rodillas". "¿A las rodillas?", preguntó ella. "Sí, claro. Tampoco es como para que me maten".

La noche empezó con una exposición llena de energía por parte de David de Ugarte. Yo tenía mis dudas sobre qué diría en una convocatoria hecha con el título de "Poesía y Nuevas Tecnologías". Pero que arrancara él la noche fue de lo más oportuno porque lo que hizo fue hablar de las perspectivas generales que se abren con Internet de difundir y compartir las diferentes expresiones artísticas. (Yo insisto, ¿para cuándo un PDF con esas ideas?). Lástima no haberlo grabado. Cuando terminó tuve la sensación de que dejaba el listón demasiado alto para los siguientes "ponentes".

A continuación tuvo lugar la presentación de su web por parte de Sofía González. Una web donde podemos encontrar un generador de sonetos. Y por último intervino Bruno Galindo que tras divagar un rato, para sobresalto de la organizadora de la velada, Miriam Reyes, y el público que estábamos allí presentes nos pilló en la encerrona de ver en rigurosa primicia un documental de algo más de 20 minutos.

La "cosa" mostraba a Enrique Bunbury, y un par más de de Guayses Volantes No Identificados por mí, que tras haber sacado de paseo a Leopoldo María Panero, una persona recluida en un psiquiátrico, se comían unas tapas en la terraza de un bar mientras le hacían preguntas del tipo "la muerte de tu hermano te jodió, ¿no?" o "¿tú crees que te darán pronto el Nóbel?". Los guayses, supongo que esperando que algo del aura del genio les contagiara, se echaban unas risas a cuenta de los desvaríos del poeta.

Ya es triste que ni siquiera disimulen que se aprovechan de una persona discapacitada. Pero encima, lo cutre de estos soretes de cuádruple apeshido, que diría Enrique Pinti (toma castaña con el nombre real del artisto) es que puestos a ser estrellitas no quieran ser ellos mismos. Tiene que ser los Bod Dylan y los Jim Morrison cañíes. Y si tienen que fabricarse un Charles Bukowsky a medida, lo hacen. Aunque sea a costa de la desgracia ajena.

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