Sin tiempo para nada y disertaciones varias


Quién lo iba a decir. Hace a penas dos meses no había quien me sacara de esta habitación y ahora casi no paro en casa. Yo, la reina de las ociosas con todo el tiempo libre del mundo pero que nunca encontraba el momento de ponerse a hacer algo, ahora verdaderamente no tengo tiempo ni para lamentarme por lo cansada que estoy, fruto del sedentarismo de estos años, obviamente.

Entre citas de médicos, naturópata para perder los 7 kilos de retención de líquidos que tengo, mi madre con un brazo partido desde el viernes santo, mi padre ingresado en el hospital desde ayer por la tarde, un sobrino que agota a cualquiera a los cinco minutos de estar jugando con él, una incapacidad absoluta a la hora de planificar el tiempo y una preocupante falta de memoria inmediata como ¿Dory? de la que esta hipocondríaca se asustaría si no le diera tanta pereza, unido a la vagueza a la hora de escribir y una más que probable merecida autocrítica que me hace desechar casi cualquier idea al momento mismo de ocurrirse sobre la que escribir, hace que sea aún más inconstante de lo que por naturaleza soy, a la hora de escribir aquí.

Pero al menos ahora, entre visitas al hospital, risas con ese bichillo de sobrino que tengo, marujeo por el super, comidas que sin la supervisión constante de mi madre serían letales, días de insomnio seguidos de maratones de sueño (a ver si consigo ajustar el horario de sueño al ciclo de 24 horas de una vez) y largo ratos de vete tú a saber qué delante del ordenador, estoy encontrando tiempo para unos de los pilares de mi vida últimamente olvidados: la lectura.

Habiendo empezado varias veces el prestado libro de "El sopor de los anillos", parece que ésta ya va bien encaminada, y aprovechando que aún no tengo tiempo a pesar de que mañana (dentro de 4 horas, en realidad) me toca madrugar para ir al mercado y al súper, para acto seguido volar a la parada de autobús cargada con cosas para mi padre para ir a verle al hospital, que está a las afueras de la ciudad (ya podía haber intercambiado el sitio con el centro comercial, que así seguro que gastaría menos), y aunque no tenga nada que ver, escribo esto antes de que mi inexistente memoria lo eche al olvido.
Nota hacia mí misma: A ver si así como me estoy quitando de la cocacola e intento quitarme del tabaco (lo de papá en los bronquios y sus 5 días ya sin fumar debería, sumados a los 2 paquetes que te fumas debería concienciarte) me quito de una puñetera vez la manía esta que tengo de enlazar ideas inconexas entre sí que luego tengo que volver al principio del párrafo para acordarme de qué estaba hablando.

Y bueno, como todo esto ha empezado, ha sido pensando en el ofrecimiento de Blo a hacerme algo para la cabezera [te debo un mail ;-) ], lo que agradezco, por cierto, estaba pensando en qué podía ser, y también a ver si se me ocurría algo para el cromo que es lo más triste e insulso que puede haber, reflejo sin duda de mi, simple, gris, triste... Pero así como cambié el color gris inicial al rojo, ahora mi vida (lentamente, como el blog) va tomando un poco más de color, algo más de constancia, y poco a poco va tomando forma, aunque espero que no la amorfa* que tengo yo ahora.
Toma positividad y optimismo y valorarse a una misma que si no me lo digo yo quien me lo va a decir y todo lo demás que pa eso yo lo valgo y me resbala el resto del mundo. Sí señor. Definitivamente, hay cosas que jamás cambiarán.

Y eso me gusta. Al principio me asustaba el perder algo de lo que ya no recuerdo cómo era sin ello, pero al fin entendí (espero que no se me vuelva a olvidar) que nada tengo que perder, que eso soy yo y no se puede cambiar, y que no haré sino ganar cosas que me harán mucho bien, que todo irá mejor, y, en otro orden de cosas, que volver a vivir no me impedirá seguir pasando horas ante el ordenador, o con el cuello y la cintura por estar leyendo de cualquier manera en la silla, mis ratitos de estar sola, el a veces (demasiados a veces, lo confieso) no hacer nada...

Uff, no quiero ni releerlo porque no me gusta estar hablando de algo en un tono distendido y pasar a otro tipo "rollito positividad, todo va a ir bien, new age, ya verás como sí" que aunque sea algo que diga yo, o quizá por eso, me carga demasiado, así que habrá infinidad (espero que alguno menos) de errores.

Nota hacia mi misma 2ª parte: Vale ya de hilvanar en el mismo párrafo cosas que no tienen nada que ver y de tantas aclaraciones entre paréntesis que, por su extensión, merecerían (es un decir, claro) un párrafo aparte.

PD: Con la tontería de las tonterías mias se me olvidaba la aclaración

* Sé que amorfa, obviamente, no es un adjetivo aplicable a forma, pero no se me ocurría nada y no tenía ganas de quedarme ratos y ratos pensando en tal nimiedad (no me parece que escribir bien lo sea, pero bueno), para que se me olvide lo que iba a decir (como si mereciera la pena), cosa bastante frecuente, por cierto, ... , como ahora mismo, así que, ahora sí que sí, se acabó.

Escrito por lorayk a las 04:33 AM | Comentarios (2)