Un día cualquiera te levantas de la cama. Son las 7:30 am, te pones unas zapatillas y después de coger la ropa con la que proximamente te vestirás te diriges hacia la ducha.
Mientras la espuma del gel y el champú se desliza por tu piel piensas qué tiene de bueno hoy el día para que te tengas que levantar y continúas pensandolo mientras te vistes y desayunas.
Creo que lo bueno del día es que lo puedas vivir, que puedas sentir un poco de vida en algún momento a lo largo de todo el día. Cinco minutos de vida en 24 horas ya hacen que el día merezca la pena.
Hoy he hablado con alguien que hacia mucho tiempo con el que no hablaba y me ha dado como en tantas otras ocasiones unos minutos de "vida"... Lo que me ha dejado algo descolocado ha sido lo que he sentido cuando me ha dicho: "¡Cuánto tiempo sin hablar!". He sentido como si hubiese perdido partes de mi vida cuando no he hablado con esta persona y hubiese podido hacerlo.
Los amigos estarán ahí siempre aunque no los esperes, aunque más vale tenerlos cerca porque son trocitos de tu vida.