Este mediodía oía en televisión que un concursante de La Casa De Tu Vida, llamado Carlos, había muerto con su madre en un accidente de tráfico. No le he dado mayor importancia porque no veo mucho la televisión y ese programa menos, salvo al principio que todos iban contra una pareja y se gritaban de lo lindo (de vez en cuando una dosis de morbo no está tan mal).
Hablando con amigos y amigas me he enterado que este sujeto saltó a la fama por el programa, pero más por los "bolos" por los platós de televisión que se dió con la historia de que su pareja le tenía de "burro de gastos", que la mantenía a ella y a su madre y que les grabó, en una cinta cuando las fue a echar de su casa, una serie de insultos que luego se difundieron por televisión. Pero de esta conversación lo que más me ha llamado la atención es el tratamiento familiar y cercano que se le daba a la noticia por parte de la gente que sólo le conocía de la televisión. No creo que su muerte sea menor drama que el que se vive entre las más de 5000 (número que se dice pronto) personas que mueren cada año en las carreteras, no creo que por el hecho de ser famoso o conocido (y ahora hablo en general) tengas que tener más lástima de esta persona que del funcionario madrileño que quería pasar un fin de semana en la costa y se distrajo con la radio y esto último es un decir.
Las muertes de esos 5000 anónimos, que son las que escuchamos habitualmente en las noticias nos dejan indiferentes por eso mismo, por su anonimato. Sin embargo, esas muertes de famosos o conocidos de la tele, supongo que son más cercanas porque le podemos poner un rostro o una voz. Pero ninguna de esas muertes, anónimas o conocidas, nos hace cambiar de hábitos a la hora de conducir, seguimos siendo en muchos casos insolidarios con los otros conductores y usuarios de las carreteras y nos tomamos a pitorreo todas esas cifras (que por repetitivas a veces ya cansan) y seguimos haciendo el loco, no sólo conduciendo bebido o a gran velocidad, si no también saltándonos algún stop, no cediendo el paso en rotondas o adelantando por donde está prohibido.
Y todo esto viene por lo que me ha pasado volviendo hacia mi casa, después de hacerme unos 23 Km en coche. Como casi siempre a estas horas alguien va haciendo el ganso con el coche. Este sujeto en cuestión me ha adelantado en un cruce que está algo antes de una curva, invadiendo la isleta y casi chocando con el coche que venía de frente que como es normal no ha visto por encontrarse tan cerca la curva. Frenazo mio, frenazo del que venía de frente y coche (del energúmeno) que se ha salido de la carretera. Por suerte no ha pasado nada, pero no puedo dejar de pensar en el "¿... y si hubiese... ?"
Nos hace falta un poco más de concienciación y un poco menos de lástima.