Febrero 13, 2004

Aplastando silencios

-Destrócenle las manos.
Dijo el general.
Y fue llevado desde la Universidad Técnica del Estado junto a los profesores, intelectuales y estudiantes refugiados en ella; obligado a caminar manos en alto, a patadas, escupido e insultado, sin su guitarra; conducido a través de las calles de un Santiago sumergido en la oscuridad de la muerte y sacudido por los disparos de los hombres que mataban a otros hombres por la fuerza de su voluntad uniformada.
Y vio el fin de un mundo y una esperanza ahogada por la marea del odio, la intolerancia y la furia.

Así empieza el libro que narra la vida de Víctor Jara. Había oído hablar de él, algunas canciones, conocía historias del gope de estado de Chile, el 11 de septiembre que realmente debería importarnos, Salvador Allende... Pero claro, las novelas de Isabel Allende, aunque cuenten lo que pasó, no dejan de ser un poco infantiles, La casa de los espíritus, por ejemplo, es dura, pero pierde credibilidad cuandlo lees que la hermana de la protagonista tiene el pelo verde.
A lo que voy, me he quedado flipando. Las barbaridades que se cometieron; y ya se que como en Chile, miles de sitios, pero no dejo de sorprenderme y menos sabiendo que en la mayoría de golpes de estado y dictaduras del mundo han tenido algo que ver los Estados Unidos.
Víctor Jara, como el resto de inocentes que fueron torturados, asesinados, secuestrados, detenidos o desaparecidos, sólamente había cometido el crimen de cantar a la libertad, de sentir la música de manera especial y de querer transmitirlo

-Siente cada nota. Primero eso. Has de conocer la guitarra. Quererla. Aprender su dimensión, reconocer su tacto, escuchar su voz, cómo te habla. Cuando seáis amigos, ella te dará también su armonía, y entonces tú extraerás la música, Víctor, porque si no lo sientes no podrás amar la música, ni albergarla en tu corazón. Entonces tus manos no tendrán emociones. Siente, siente, déjate llevar, cierra los ojos...

Como siempre, digo y repito, que no tengo preferencias políticas, símplemente crítico lo que no es justo. Espero que no haya un golpe de estado y lean lo que cuelgo por la red o a mi también me destrozarían las manos y ne asesinarán

-¿Por qué las manos? - Preguntó el soldado.
-Lo mandaron ellos.- Dijo el sargento y ambos lo miraron.
-Mis manos no, soy músico.- Dijo él.
-Revolucionario.- Dijo el sargento. Y le escuió.
"Tal vez le oí un día. Tal vez amé con sus canciones. Tal vez soñé en un mundo mejor con ellas. Tal vez, tal vez" pensó el soldado.
Pero ahora estaba sordo en vida, porque llevaba un arma, el uniforme de la intolerancia, el silencio de la obediencia. Y tenía miedo.
-Destrócele las manos.- Y las manos le destrozaron. A culatazos.
El soldado gritaba: -Bate palmas ahora, huevón. Bate palmas.- Le quedaba voz así que cantó.
-¿Y como le destrozamos la voz?- Pregunto el soldado.
Y le ordenó:
-Con la muerte.
Le dispararon una ráfaga de metralleta a las piernas.
-Canta ahora huevón canta ahora.

Escrito por Tirolesa en tanga a las Febrero 13, 2004 11:18 AM
Comentarios

"Duerme, duerme, negrito, que tu mama está en el campo..." jejeje Esta canción siempre me la cantaba mi madre ^__^

Escrito por Tanita a las Febrero 13, 2004 12:35 PM

Pues los estados unidos tienen todo q ver con el golpe de estado
que pasa salvador allende queria dejar de traer la materia de estados unidos y del extranjero para que hubiera mas trabajo en chile, esto no era rentable para usa asi que el señor ronan rigan (recordemos actor metido a politico) dijo hay q acabar con esta gente y financio ese golpe de estado a quienes habian jurado ante el presidente salvador

Escrito por David Manso a las Febrero 13, 2004 05:08 PM
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