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    “Cómo no, las fantasías sexuales”

    Por una vez, hablemos de lo realmente importante.

    Como habrán visto, en este all-new all-different (el que pille la referencia ya puede sentirse un auténtico friki) blog que tienen ante ustedes, hay una sección llamada “comentaron” que se dedica a subir a la portada el comentario de sus señorías que más nos haya llamado la atención: pues bien, ante lo declarado por Blue Velvet en el post de cutty “Metrosexual... o no” (repasen, repasen), tiro por la calle de en medio y directamente lo hago motivo de uno de mis posts porque sí, porque me da la gana y porque yo lo valgo...

    Nos dice el amigo Blue Velvet: “Yo, por mi parte, reivindico los polisexuales gays, que también existen (y sobre los que ya se ha escrito algún post muy bueno por estos lares), y, como no, las fantasías sexuales en cualquier lugar, tiempo y modo” Ahí le diste, manito. Les voy a contar un asunto personal que a nadie le interesa (¡como en Salsa Rosa!) y que se me ocurrió una festividad del Orgullo Gay, rodeado de ositos que se hacían cariños con una ternura que ya quisiéramos la mayoría, metrosexuales encantados de ser entrados por locas desorejadas, señoritas proporcionándose el cariño propio de cierta isla griega y heteros, muchos heteros... Señoras y señores, pertenezco a una minoría sexual marginada, ninguneada e invisible, todavía avergonzada de su condición sexual. Lo tengo que confesar: soy POLIFETICHISTA. Si alguno de ustedes se ha sonreído porque sabe lo que significa, incluso si se ha ruborizado un pelín, no lo dude: se encuentra en mi situación. Ya es hora de que nosotros, también, salgamos del profundo armario en que estamos metidos y nos hagamos entender (entender, qué sutil, por dios) por la generalidad, ahora que estamos metidos en una espiral de ilusión y nuevos talantes que nos darán la cobertura mediática necesaria para que primero se nos tolere, luego se nos comprenda y finalmente se fomenten nuestros legítimos gustos y preferencias sexuales.

    Señora, si se está preguntando qué ramillete de perversiones incluye nuestra definición como grupo, no pierda detalle de las siguientes líneas, que pongo en primera persona pues no quiero ir haciendo “outings” por el mundo mundial: me vuelven loco las señoritas vestidas de colegiala, con falda gris tableada y calcetines blancos hasta las rodillas, me pirro por las mujeres de más de 1’80 enfundadas en cuero bajándose de una moto, fantaseo a la luz del día pensando en cosas como antifaces, botas de caña altísima, zapatos de tacón finísimo y guantes negros hasta el codo. No dejo de sudar cuando me cruzo por la calle con unas medias de rejilla (negras, por favor) o un jersey de cuello cisne (blanco, s’il vous plait), me ponen los delantales, las fustas (-“¿duele?” – “lo justo”), los terciopelos, las trenzas (ah, las trenzas)... No he podido terminar de ver “Los ángeles de Charly” y en mis noches febriles aparece continuamente Liz Hurley vestida de profesora de primaria en “Al diablo con el diablo”... no sigo, que me estoy poniendo malo, malísimo.

    Y como les contaba, aquella alegre noche, rodeado de aquella bacanal de libertad desenfrenada por reprimida durante tanto tiempo, tomé una decisión: apurando la enésima copa, decidí ponerle nombre a mi condición y enfrentarme al mundo con la sinceridad que merezco: no soy un enfermo, no soy un pervertido, ¡ni siquiera soy un salido!. Soy, lisa y llanamente, polifetichista, y así quiero ser reconocido y querido por mis semejantes (concretamente, por mis semejantas). Así que, cuando en el próximo Orgullo Gay vean una carroza con una institutriz inglesa con gafas de pasta y miní negra con elegante chaqueta a juego, tres jovencitas orientales disfrazadas de la asesina de “Kill Bill” y seis azafatas del “Un, dos, tres” ya saben quién es el tipo que le lanza el confetti a la peña...

    Escrito por x

    10 de Mayo 2004 a las 02:02 PM

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    Comentarios

    Aplaudo, jaleo y rindo pleitesía a vuestra ilustrísima por poner en tan finas palabras lo que todos ya sabíamos: ¡Estamos enfermos! Por cierto, ¿para cuando un reconocimiento a la Pansexualidad?

    Escrito por Cutty a las 10 de Mayo 2004 a las 02:15 PM

    Hola, no me he leído el artículo, no sé de qué va pero me ha gustado mucho. Soy de la ultimísima época del período juriocretácico pero no lo llevo mal. Ya volveré, imagino. Pero si no aparezco más es que no he vuelto, ojo.

    Escrito por Un mundo maravilloso a las 13 de Mayo 2004 a las 07:38 PM

    Yo soy anaegróbica. La palabra ya la tengo, ahora estoy buscando la definición. Luego igual lo llevo a la práctica.

    Escrito por not a pretty girl a las 17 de Mayo 2004 a las 05:19 PM
    Quítese el veneno









    ¿Volverá por estos lares ?