Mayo 28, 2004

CON UN PAR

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Una vez conocí a un tipo que presumía insistentemente de sus poderosos y oscuros cojones. Tanto los sacaba a relucir, que todos (o casi) daban por supuesto que además de ser negros y grandiosos, brillaban en la oscuridad haciendo intermitencias al ritmo de la música. Nunca unos cojones producto del marketing se vendieron tan bien. Solo en una ocasión, que yo sepa, se encontró en situación de echar mano de ellos. Y fue entonces que los usó para dejar con la sonrisa helada en el rostro a su club de fans en pleno, ya que ¡oh desgracia!, justo en el momento cumbre, descubrió que algún desaprensivo se los había robado y salió echando leches a esconderse en Montpellier.
Actualmente sus cojones siguen en paradero desconocido, pero nadie duda de su impresionante trayectoria como velocista. Moraleja: todo aquel que como Bono, se dice profuso en tejtojterona, suele ser un Karl Lewis en ciernes.

Escrito por Coco a las 12:18 AM | Comentarios (0)