22 de Noviembre 2004

The spawn from Hell

Lunes 22 de noviembre. Me tienen rodeado. No sé si podré resistir mucho más tiempo. Se acercan. Las tropas enemigas tienen capacidad para minar mis defensas psicológicas, así que esta puede ser mi última oportunidad para transmitir los conocimientos sobre guerrilla educativa que he acumulado últimamente. Sirva este escrito como testamento y crónica de mi final si no logro sobrevivir a este envite, como guía para quienes vengan tras de mí.

Cuando se tiene un aula llena de chavalines (entre 9 y 15 años, aproximadamente) hay dos errores básicos que deben evitarse. El primero, igual que en casi cualquier faceta de la vida, consiste en creerse las películas: una horda adolescente jamás reaccionará bien ante la amabilidad sin matices. No habrá un momento en que recapaciten y se den cuenta de que su profesor sólo quiere lo mejor para ellos. El aula jamás se convertirá en un remanso de paz, florecitas y alegría al estilo de El club de los poetas muertos. No te dejarán manzanas encima de la mesa para que meriendes. No funciona así. Para colmo de males, la horda maligna viene a mí después de pasar todo el día en el colegio, con lo que sus ganas de jarana se multiplican hasta lo indecible. Ante tal situación solamente se puede reaccionar con calma (callar, reclinarte en tu silla y dejar bien claro sin palabras que no explicarás nada hasta que reine el silencio) o bien convertirte en su Némesis y gritar y castigar (un ratito a solas en el aula vacía de al lado, nada del otro mundo) y cambiar de sitio a la gente. Mi principal descubrimiento es que los dos métodos se desgastan por el uso, y se desgastan a buen ritmo. Por tanto el secreto consiste en combinarlos, y aunque uno tienda más a la calma que a los gritos, cuando tengo que desatar el infierno lo desato a base de bien. Mal que me pese.

Dos errores, decía. El segundo consiste en pensar que se interesarán lo más mínimo por los estudios. Y no sólo porque están entre la preadolescencia y los granos (y por tanto sus intereses andan entre Yu-gi-oh y las razones de esos granos), sino porque por fin se empiezan a notar los efectos de ese lavado de cerebro al que llaman ESO. Con lejía incluída, señora. Un par de ejemplos. Primero. La agenda como instrumento de control mental. En los colegios obligan a los niños a comprarse una agenda igualita que la mía, con la diferencia de que yo escribo lo que me da la gana (algún día escanearé la sección "Cosas que bajar de internet") y ellos solamente lo que les dice el profesor. Tanto el maestro como los padres tienen permisos ilimitados de lectura y escritura en la agenda, y de hecho lo que más temen los pobres chavales es que exista comunicación entre uno y otros. Las notitas de siempre, sólo que en versión extendida. En mis labios, la frase "tendré que escribírtelo en la agenda" se convierte en una amenaza terrible porque creen que si lo hago su profe les reñirá por permitir que un extraño mancille las Tablas de la Ley. Y vamos con el segundo ejemplo, que es el gordo. La promoción automática como método de anulación del pensamiento. En la ESO no se repite curso a menos que uno quiera, y no es muy difícil imaginar las consecuencias que eso trae. Muchos de mis alumnos son disléxicos funcionales: saben leer, saben escribir, comprenden la relación entre letra y sonido, pero no entienden lo que leen. Todavía no estoy seguro de si es por falta de interés ("total, paso de curso de todas formas") o por falta de costumbre, pero estoy por llevarles cómics a clase, a ver si se vician. O mejor revistas de tuning, en vista de cómo está el percal. El caso es que si un chaval se sorprende cuando le dices que se lea el texto de arriba para contestar a las preguntas, algo anda mal.

Por suerte, soy un tipo optimista. Así que he decidido tomarme las dos horas que paso con esa jauría de lunes a jueves como una cruzada personal, a ver si en mayo (que es cuando se me acaba el contrato) algunos de ellos son capaces de hacer los deberes por sí mismos. Aunque algunos días, hoy por ejemplo, me tenga que conformar con que no se maten entre ellos.

Había un anuncio de una compañía aseguradora que circulaba por internet. Salían dos chavales discutiendo sobre quién era mejor superhéroe, Superman o Spiderman. Tenían un diálogo bastante ridículo (sobre todo porque está claro que Spiderman mola más y no hace falta discutirlo), que acababa dejando paso a una voz en off que decía: "Esta es la generación que ha de pagar tu pensión. Seguros Patatín". Me gustaría animar a sus creadores a que se vengan una tarde cualquiera y graben la segunda parte del anuncio en mi aula. Aunque se me ocurre uno más terrorífico: "Esta es la generación que votará a nuestros gobernantes. Exíliate a la Luna." En fin, digo yo que todavía tendrá arreglo.

Imagen que no viene a cuento:

Pantallazo

Para que luego digan que los videojuegos no enseñan
lecciones importantes en la vida.

  Enviado por Manu, 22 de Noviembre 2004 a las 09:30 PM

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Comentarios

Si es lo que yo digo, como el FF7 no hay ninguno. Eso sí, un curso avanzado de criptografía se hace necesario para descifrar esa horrenda traducción.

"sus intereses andan entre Yu-gi-oh y las razones de esos granos"
Inquietante frase. ¿Qué pasará el día que decidan combinar sus aficiones?

Enviado por: Veti, 23 de Noviembre 2004 a las 01:24 PM

Veti, esa combinación ya existe y se llama Urotsukidoji...

Enviado por: zonk/Pj, 23 de Noviembre 2004 a las 06:33 PM

¿Qué tendrá que ver Urotsukidoji con Yu-gi-oh? Bueno, vale, de Yu-gi-oh no sé mucho, ¿no es algo así como Pokémon + Magic? ¿Qué tiene que ver eso con un chojin (falso, verdadero, light, con pepitas de chocolate, al dente) con miles de pollas kilométricas con las que destroza un hospital mientras revienta por dentro a una enfermera?

Enviado por: Veti, 24 de Noviembre 2004 a las 12:25 AM

Y luego se preguntan por qué dejé de leer manga...

Enviado por: Aranluc, 24 de Noviembre 2004 a las 12:16 PM

Veti: Fluídos corporales + bichos coleccionables. En realidad, si lo piensas sí tiene algún sentido...

Por cierto, lo de la traducción del FF7 sí que tiene delito, sí. Hay unos bichitos a los que solamente puedes pegar si les das primero un Elixir. (Luego dan mogollón de PX cuando los matas.) El caso es que al principio del combate, en la versión traducida, te dicen: "¡Elixir Gimme!" para que, supuestamente, no te tires media hora pensando por qué tus ataques no les hacen ningún daño. Espectacular.

Enviado por: Manu, 24 de Noviembre 2004 a las 05:03 PM

Veti dejo de leer manga, porque se masturbaba mucho!!!

;-)

por cierto, ya escuche sobre ese juego.. un pack de cartas con cientos de conchas coleccionables..

:-P.... con distintos poderes.

- EL golpe quesudo
- El fluido viscoso
- El rayo gonorreico brutal
- La espada clitoris
- Entre otros

Posdata (Se nota que estaba realmente aburrido?)

Enviado por: KOKU, 28 de Diciembre 2005 a las 10:13 PM

sr.profe...el articulo me a dejao acojonao jeje la primera visión d un profesor k knozco..son casi las 12 y mña tengo un examen de el libro d la celestina...crees k me lo e leido?k ago sino aki?bajarme las preguntas d internet.En sta vida o espabilas o t kdas atras o...estudias?va a ser ke no XD paz

Enviado por: Anonymous, 3 de Febrero 2006 a las 12:45 AM

sr.profe...el articulo me a dejao acojonao jeje la primera visión d un profesor k knozco..son casi las 12 y mña tengo un examen de el libro d la celestina...crees k me lo e leido?k ago sino aki?bajarme las preguntas d internet.En sta vida o espabilas o t kdas atras o...estudias?va a ser ke no XD paz

Enviado por: nota, 3 de Febrero 2006 a las 12:46 AM
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