Febrero 16, 2008

El Deutsche Werkbund (1898 – 1927) y la maquina trituradora

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Por: Newton

La industrialización en Alemania parece tener un comienzo netamente “guerrerista”. A raíz de la revuelta sajona de 1849, muchos arquitectos emigraron hacia Inglaterra y, desde allí, sentar las bases de lo que sería una dura oposición hacia el Romanticismo (que ya daba sus primeros pasos con William Morris)

Esto abrió una brecha entre lo inmediatamente industrializado y su consumo a través de una gravitación ineludible de arquitectura y arte, haciendo coincidir la opinión de muchos críticos en que la ciencia debía aplicarse para la transformación de la materia prima y que los métodos debían materializarse en herramientas para adaptarse a la manera en como se empezaba a obtener la energía (carbón -> maquina de vapor -> electricidad)

En esta fase la necesidad de consumir se estaba convirtiendo en una excusa para darle cabida a ciertos descubrimientos (posteriormente inventos) que las pequeñas (después grandes compañías) habían “visualizado” como el futuro espectro de la “economía social” con basamento en la expansión territorial y sus consecuencias a la manera de enfrentamientos armados o/y guerras.

Este “choque” (insuflado por las compañías) trajo al mundo una cantidad de métodos secuenciales (estandarización) bajo el cual los artistas o artesanos debían competir, y además “domesticar”, para poder desarrollar su propio “arte manual” y así separarse
Cualitativamente de “algo” (que en la opinión de los artistas) no era mas que una vulgar “mecanización”

Esto le lleva a preguntarse a G. Semper, y cito: “¿Adonde llevara ese menosprecio de los materiales que resulta de su tratamiento con maquinas, de sus sustitutos salidos de tantos inventos? (...)” (Ciencia, industria y arte. 1852)

Entre otras preguntas (y otros autores), el factor clave fue la influencia que todo este desarrollo (recursivo: compañías <=> consumo) ejerció sobre la naciente sociedad cultura/objeto. La manera como se legislo acerca de cómo y cuanto debía producirse, les hizo pensar a los alemanes que los productos para poder competir en el mercado debían dar un “salto quántico” motorizado por, y cito: “la fuerza intelectual y la habilidad del trabajador para depurar el producto, y todo ello en mayor medida cuanto más se aproxima al arte” (Franz Reuleaux. Filadelfia.1877)

La expansión y consolidación de este desarrollo estuvo en gran parte bajo el manto de la estabilidad que Bismarck creo en Alemania a partir de 1870 y, por supuesto, la creación de una compañía de suministro eléctrico llamada (por sus siglas en alemán) AEG, fundada en 1887. A partir de la dimisión de Bismarck en 1890, el cambio en las políticas económicas de expansión dieron un giro inesperado: el diseño sobre la artesanía tenia que mejorarse. Solo ofreciendo productos de alta calidad manufacturada, Alemania podía hacerse de un mercado cautivo, uno que solo deseara lo mejor. Esta bandera nacionalista motivo a escribir a F. Naumann, y cito: “... tal calidad solo podía ser alcanzada en el terreno económico por un pueblo artísticamente cultivado y orientado hacia la producción maquinista (El arte en la era de la maquina. 1904) (el subrayado es mío)

Tenemos aquí el origen de un exacerbado industrialismo, unido a un también nacionalismo extremo. Se reformó el programa educativo para el estudio de las artes aplicadas y decorativas, coincidiendo esto con el nombramiento de Peter Behrens (en Dusseldorf) donde esto debía mostrar (entre otras ciudades y promotores) la capacidad para manifestar que la obtención de belleza y economía era la base para un buen diseño. Claro esta, solo podía ser llevado a cabo si la producción lograba estructurarse en serie.

En 1907 se funda la Werbund, teniendo a P. Behrens como figura mediática principal. Este arquitecto asumió el compromiso de elaborar una estrategia de promoción que iba desde la arquitectura grafica/industrial hasta el diseño de maquinaria/producto. Este amplio espectro le permitió desarrollar lo que se llegó a conocer como la “voluntad artística Nietzche” o (como le dice el autor del articulo) un gusto “empatico”, combinado con la “ruda” industrialización de la maquinaria alemana, y cito: “una combinación del espíritu de la época y el espíritu del pueblo, a la que, como artista, tenia la obligación de dar forma” (K. Frampton. 1981)

La industria pasa así a convertirse en el director de la orquesta sociopolítica/economica que dominará (y domina) toda la época moderna. Evidentemente, todo esto planteo seria contradicciones dentro del mismo Behrens. Asumir la ciencia y la tecnología pero con una apariencia “rural”. Los “trucos” arquitectónicos se llenaron en cierta medida de un cierto “estilo” en cuanto a la expresión tectónica de sus construcciones. (imágenes atemporales)

El discurso comenzó a ampliarse y tomo ribetes críticos en cuanto a su discusión y perfeccionamiento, en miras de una producción para la “exportación” más que de expansión. El establecimiento de una(s) norma(s) trajo como consecuencia que se abriera el debate entre si, y cito: “el “tipo” tenia dos connotaciones: el “objeto producido”, gradualmente depurado por medio del uso y la producción; y el “objeto tectónico”, un elemento constructivo irreducible que actuaba como unidad básica del lenguaje arquitectónico” (H. Mathesius. 1914). He aquí el punto de inflexión que abre la época moderna: Norma = Forma, Tipo = Individualidad

Todas las vanas ilusiones y aciertos (de un Estado industrial-progresista-maquinista-consumista) que podían haberse esperado, se esfumaron en una nube de gas toxico dentro de una trinchera bajo una voraz y hambrienta “guerra industrial” (Gran guerra). Esa “voluntad artística” se convirtió en una “nueva objetividad”, tan cruel y aterradora como una batalla universalmente tecnológica. (II guerra mundial)

Escrito por Parafrenia a las 05:03 AM | Comentarios (4) | TrackBack