Marzo 26, 2005

Los asados más macabros de la historia

macabro.jpg

Escrito por: Cecilia Ruiz de Rios

Quizás una de las formas más lentas y dolorosas de salir de este valle de lágrimas sea mediante el fuego, y a lo largo de la historia, muchos personajes célebres murieron envueltos en llamas, ya fuera por accidente, o porque alguien los remitió ahí. Por otro lado, en algunos países, la costumbre dicta que los restos del personaje sean quemados en la pira fúnebre, como en el caso de los vikingos o de los hindúes, pero para estos casos la persona quemada cuenta con la suerte de no sentir las llamas porque ya está muerta.
Desde tiempos antiguos y en diversas culturas, se estimaba que el fuego purificaba el alma mediante la destrucción lenta del cuerpo. En diversas tribus del Africa se remitía a los criminales a la hoguera creyendo que así sus almas regresarían limpias, como si el fuego fuera desinfectante.
En la Europa de la Edad Media, el vigoroso y guapo rey francés Felipe IV el Hermoso se encontró un buen día con las arcas vacías del erario, y para poderlo llenar de nuevo, el codicioso soberano le echó el ojo a la famosa y temida orden de los Templarios, quienes a estas alturas de la primera década del siglo XIV ya eran audaces y rapaces banqueros con las garras hundidas en el tesoro de Europa.
Felipe el Hermoso les montó un operativo de aniquilación parecido al de Hitler contra los judíos en el siglo pasado, y Jacques de Molay, el viejo gran maestre de la orden, fue escogido para ser juzgado. Durante 7 años el proceso contra los Templarios se arrastró, y cuando Jacques fue condenado a cadena perpetua tras las rejas, vociferó una vez más su inocencia. Esto irritó al rey de tal forma que remitió a Jacques a la hoguera en el islote de los Judíos en el río Sena.
Cuando las llamas consumían el lamentable cacaste del Templario, éste emitió una maldición contra Felipe y su linaje hasta la décimotercera generación, echando sapos y culebras también contra Nogaret (un fiel asistente del rey) y el papa de turno por no haber movido un dedo por salvar a los Templarios. Jacques retó a los tres a que comparecieran en el lapso de un año ante Dios para explicar sus barbaries. Curiosamente, antes de un año murieron el Papa Clemente V, Nogaret y hasta Felipe, quien tuvo un pavoroso derrame cerebral en noviembre de 1314.
El corazón de Felipe el Hermoso también serviría para un espantoso asado, aunque no de inmediato. Felipe dejó su corazón para ser enterrado en la iglesia del monasterio de las hermanas dominicas de Poissy. Durante el reinado de Luis XIV el rey Sol, la noche del 21 de julio de 1695, un rayo cayó sobre la iglesia en cuestión y pronto todo el monasterio estaba ardiendo. El corazón de Felipe, tardadito pero seguro, acabó reducido a igual ceniza que el cuerpo de su enemigo Jacques de Molay.
Tanto iglesia como guerreros consideraron siempre que la carne femenina era muy apta para la hoguera. Cuando a inicios del siglo XV el feroz conquistador Tamerlán pescó al sultán otomano Bayaceto El Rayo en las afueras de Angora, no solo hizo llorar a este guerrero como gata de angora sino que primero despellejó, descuartizó y luego asó a la valiente lugarteniente de Bayaceto, la princesa Zuleika.
Era tanto el pavor que le bellísima guerrera otomana ocasionaba entre las tropas de Tamerlán que los soldados virtieron aceite sobre los restos despellejados de la mujer y le propinaron rápida combustión. Otra famosa fémina que acabaría en barbacoa pero sin la salsa acompañante fue la preciosa e iletrada campesina lorenesa Juana de Arco.
La rubia francesita mostró tener más agallas que muchos generales e hizo coronar al malagradecido bastardo Carlos VII como rey de Francia, pero una vez que éste se sintió la corona en la cabeza, no movió un dedo para salvar a su heroína cuando ésta fue pescada por los ingleses y sometida a juicio por herejía y blasfemia. Juana ardió en el viejo mercado de Ruán un 30 de mayo de 1431, y todo su cuerpo, menos su magnánimo e ingenuo corazón, se redujo a cenizas. Posteriormente la asada sería reivindicada y canonizada, siendo hoy la santa patrona de los franceses católicos...
Cuando ya de poco le sirve! Las llamas habrían de regodearse con numerosas brujas perseguidas por la Inquisición a lo largo y ancho de Europa, y entre las más bellas y famosas hechiceras que perecieron asadas estuvieron la escocesa pelirroja Isobel Gowdie, quien confesó haber sido hasta concubina del Uñudo, y la inglesa Elizabeth Selwyn-Jones, quien afirmaba poder volar como pájaro y haberle parido un hijo a Satanás. La fiebre por la quema de brujas invadiría el Nuevo Mundo y entre los casos más espantosos que registra la historia estaría el de las Brujas de Salem.
Los monjes rebeldes con ideas extrañas y los científicos propulsores de nuevas ideas estarían siempre predispuestos para convertirse en barbacoa. En la España de la Inquisición bajo Torquemada, el galeno judío Isaac Salomón sería torturado, flagelado y finalmente rostizado mientras que en Italia, Filippo Bruno, un filósofo más conocido como Bruno Giordano, perecería en 1600 en la hoguera.
Nacido en Nola, Italia, en 1548, Giordano primero fue admitido como fraile dominico, pero sus poco ortodoxas ideas panteístas pronto lo enemistaron con el resto del clero. Viajó mucho por Italia, Alemania, Francia e Inglaterra, siendo considerado cada vez más peligro por defender la tesis del polaco Nicolás Copérnico. El pleito con la Inquisición acabó en violencia en 1592, cuando Giordano fue arrestado en Venecia. 8 años más tarde fue quemado en la estaca en Roma. En un último intento, un fraile le aproximó una cruz al ardiente Giordano, quien estimó muy conveniente escupir sobre ella.
Girolamo Savonarola, nacido en Ferrara, Italia, en 1452, fue otro fraile dominico que acabó oliendo a cacho. En 1493 la suerte parecía sonreírle como vicario general de los dominicos de Toscana, pero tuvo el "mal tino" de abrir la boca denunciando los abusos de la iglesia católica. El Papa Alejandro VI (Rodrigo, el padre de Lucrecia Borgia) lo llamó a Roma en 1495 bajo cargos de herejía, pero Girolamo Savonarola al parecer utilizó la nota como papel higiénico y no obedeció. En 1497 Savonarola fue excomulgado y un año más tarde lo quemaron en la misma Florencia donde en vida realizó tan loable labor política y eclesiática.
Otro gran personaje que moriría quemado sería Carlos Gardel, el inefable Zorzal Criollo. Contrariamente a los anteriores personajes mencionados, el guapísimo rey del tango no fallecería en la estaca sino en un pavoroso accidente de aviación que se dio en Medellín cuando estaba en la cúspide de su fama.
El incendio que se dio al estrellarse la nave ocasionó que Gardel muriera quemado, aunque existe la leyenda que quedó desfigurado y no quiso ser visto nunca más...Otra famosa quemada en el siglo pasado fue la princesa hawaiiana Ailina, descendiente del monarca Kamehameha I. La bella mujer se roció con gasolina tras descubrir que el francés que la había preñado no quería casarse con ella, convirtiéndose en una macabra tea humana en la década de los 80 a pocos metros de Versalles.

Escrito por vampirata a las Marzo 26, 2005 07:16 PM
Comentarios
Escribir un comentario









¿Recordar informacion personal?