Agosto 18, 2004

Una criatura sin tiempo

Arbusto-Cafe-au-lait.jpg

Escrito por: Newton

Toda la ciudad apestaba de una manera asquerosa.

Esa fue la primera impresión de McFicus al descender del taxi-cohete. No tenía dinero para tomar otro transporte y decidió caminar sin piedad hasta el centro del paseo mas cercano. Su mirada se ocultaba tras un par de óvalos oscuros UHV. Vestía camisa y pantalón anchos y su cabello, excesivamente ondulado, formaba una especie de arbusto sobre su cabeza.
Su andar pausado lo llevaba siempre a través de calles llenas de risas y asombros en los rostros de aquellos seres humanoides. Era un momento de gran luminosidad, McFicus afino sus antenas y en ese instante algunas frecuencias vocales empezaron su sinfonía a lo largo de sus receptores:

- Mira ese campo lleno de peligrosos hombres. (Murmuro una mujer que parecía arrugada)
- Es una comida muy sabrosa. (pensó una mujer de cabello teñido de rojo) – que apurada estoy…

Los implantes oculares de McFicus comenzaron una veloz y decisiva asociación de frecuencias que le producían un cosquilleo en una de sus prótesis bucales…

- Esos conos anaranjados marcan un limite, es la estación de taxis…(pensaron 2 humanoides; sin conocerse, sentados a 2mts. de distancia entre cada uno de ellos)
- Botemos todo al piso…(fue la premisa de un par de jóvenes humanoides)

Pensamientos y palabras se mezclaban con ruidos aleatorios del ambiente y las primitivas maquinas. Guantes de hule acariciaban largos tubos de metal, cilindros transparentes subían y bajaban en una rítmica sucesión de humanoides acelerados…

- Caminemos sin dirección… (era el pensamiento de muchos)
- Recuerda que debes ser como yo. (decía uno grande a otro pequeño)

Bellas y relucientes criaturas humanoides llenaron el campo visual de McFicus aturdiéndolo con sus sonidos de metal líquido, en forma de torrente de miradas cómplices. McFicus solo pudo enmudecer…
McFicus pudo sentir una gran forma de tristeza, se sentía lejos de su hogar y estaba melancólico. Logro sentarse en un gran espacio y dejo que sus formas frecuenciales viajaran lejos de el…
Ya aquel mundo no importaba, se mimetizo con el color de la ciudad para disfrutar de aquel espectáculo, que a ratos era curioso y a veces aburrido pero era una funcion gratis…
Lleno de incertidumbre, McFicus verifico en su pantalla holográfica-mental las coordenadas del próximo haz de luz que debía tomar…

Camino varias lunas hasta llegar al sitio exacto…
Cuando algún habitante de FITUSLAND se quedaba sin moneda extranjera, podían tomar un transporte gratis pero debía hacerse por medio de una peregrinación hasta un lugar especificado por los maestros del viaje. Esta era una forma de retribuir en información, el costo de direccionar un haz de luz-transportador.

En la noche McFicus encendió una pequeña hoguera y recordó todo lo que había sucedido a lo largo de la travesía por aquel planeta. Procedió a anotarlo todo en una pequeña libreta de papel con un cilindro de grafito bastante gastado…
Se quedo sentado mirando el horizonte de donde vendría el primer haz de luz…

Su cuerpo desapareció a través de una suave brisa…
Siempre es un viaje muy agradable…




Escrito por Parafrenia a las Agosto 18, 2004 12:43 AM
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