Agosto 21, 2005

Caracas. El valle del silicone. Cap. #10

Estrechez de corazón

insomnio_N.jpg

Novela escrita por: Newton

Mi apartamento tipo estudio era realmente de bolsillo. Consistía en un cubo de 3x3x3 metros y estaba adosado a un edificio de corte arquitectónico netamente metabolista, construido durante la ultima revolución tecnológica por allá en los 70. A pesar de lo pequeño, conservaba todas las comodidades modernas: un baño hidro-tubo con limpiador automático en la ducha, una cama de fibra-óptica con holovideo incorporado y una auto-cocina con parrillera digital incorporada. Al lado de la cocina había una repisa retráctil que hacia las veces de escritorio y sobre la cual estaba una enorme pila de papeles del trabajo, mi colección de aerolitos y varios recorte s de periódico con todo tipo de noticias sobrenaturales. Debajo de la tabla retráctil, había una nevera ejecutiva con un secador de manos automático justo al lado del modesto lavaplatos y colocado lateralmente a la única silla con vibra-call de la ya saturada estancia. Todo esto mezclado con mis libros de astrofísica y mi computadora portátil.
Cuando entramos a la habitación, AVON (un software inteligente instalado en mi PC) activó una coctelera roja que pendía del techo (para dar aviso de alarma en caso de que penetraran intrusos), logrando arrancarle un sonoro grito a Rita. Logre calmarlos a los dos; primero a mi PC proporcionándole mi voz para que me reconociera y luego a ella dándole de comer un ajoporro deshidratado que saque del bolsillo de mi chaqueta.
Ya más tranquila, la jeva miro hacia todos lados y exclamo:
- Es bastante intimo
- Si – conteste- incluso conserva el mismo ambiente de intimidad cuando doy fiestas
- Coñoo, ¿y viene un gentío?
- Mas o menos, pero siempre terminamos en las escaleras
- Me agradan estos ambientes calidos e íntimos – repitió Rita estirando los brazos hacia arriba
Echo de nuevo un vistazo sobre el cuarto y pregunto:
- Por cierto, ¿Dónde voy a dormir?
La mire de soslayo observando su ropa semi-rota, y sabiendo que yo solo tenia una cama individual, comprendí que la situación era un poco comprometedora.
- Bueno, espero que no te importe si compartimos la única cama. Como no tengo un sillón, ni sofá, solo puedo decirte que quizás pudiese dormir encima de la poceta o en la silla vibradora pero debes comprender que eso seria muy incomodo
Ella hizo un gesto de desagrado, pero vi con regocijo, que no llegaba al punto de disgusto.
- ¿Puedo decirte algo? – dijo
- Si, de bolas – respondí eufórico de entusiasmo
- ¿Podríamos colocar tu tabla-escritorio entre los dos? De esa forma no nos molestaremos durante la noche
Comprendí sus razones; apenas nos conocíamos y era explicable que una mujer decente sintiera desconfianza por un tipo que trabajaba a destajo para la policía y además le gustaba coleccionar pornografía. Sin responderle, me dirigí a cumplir sus deseos colocando la tabla bien firme en el medio de la cama.
- Listo, un colchón 2x1 – dije mostrándosela con la mano extendida
- Bien – respondió – ahora apaga la luz, debemos descansar. Mañana temprano debo recoger algo de ropa y algunas cosas de mi casa
Asentí con una sonrisa de resignación y di la voz de mando para que AVON apagara la luz. Lentamente la luz fue declinando hasta quedar todo en penumbra. Ella se quito los jirones que tenia como ropa y se acostó desnuda. Bebí un vaso de agua y me desnude entre las sombras.
Al recostarme, la tensión me hizo sentir el calor de su cuerpo fluyendo a través de la tabla, hasta dejarme llevar por el cansancio y la fantasía. 5 minutos más tarde, volaba suavemente en la nave vaporosa de los sueños. La memoria inconsciente de mi computadora orgánica, iba tomando datos de manera aleatoria y los proyectaba en el inframundo intangible de mi psiquis. En la función continuada de la primera tanda pude ver como Mutabaruca se lanzanba en benji con un tabaco de marihuana en la boca desde el hotel Humbolt, mientras abajo lo recibía el comisario Rausseo echándole unos tiros…

-------------------------000--------------------------

Por la mañana, cuando los primeros fotones de luz penetraron por la ventana y me dieron en el rostro, pensé que un infeliz alienígena me disparaba con una pistola de rayos paralizantes. Del susto pegue un brinco y caí e posición de combate. Por suerte, el extraño visitante solo era u sueño, pues de lo contrario hubiese sido destrozado. Afortunadamente, todo ese alboroto no despertó a Rita, lo cual me hizo pensar que era una persona dura para despertarse.
Sin previo aviso, y en voz baja, le ordene a mi PC que aplicara una pequeña descarga eléctrica a la cama, con la terrible suerte de que mi portátil estaba un poco celosa.
Dando un salto rita gruño muy molesta:
- No joda, ¿Por qué coño hiciste eso?
- No fui yo, fue ella… - mire señalando a mi PC
- Verga panita, dile a esa mierda que no lo vuelva a hacer – me dijo mirándome entre incrédula y furiosa
- Bueno, bueno, no te arreches. Además, son casi las 9 y tienes que buscar tus cosas. Mientras tanto, yo tengo que ir a visitar la fabrica de aceites vegetales
- ¿Una fabrica de aceites vegetales? – inquirió extrañada
- Si, tengo una nueva pista – le dije sin mirarle al rostro mientras me abrochaba la camisa
- ¿Por qué no me acompañas antes a mi casa? – pregunto ella
- ¿No puedes ir sola?
- Tengo miedo de que mis perseguidores me tiendan una emboscada. Luego yo te acompaño
La mire unos segundos y dándole la espalda para irme a lavar la cara, hice un gesto de asentimiento. Después de todo, la propuesta me pareció bastante razonable.
3 horas más tarde, luego de consolidar la improvisada mudanza de Rita a mi departamento, cruzábamos raudos la carretera en un auto de la policía secreta que nos había facilitado el comisario Rausseo con dirección hacia la fábrica de grasas vegetales situada en las afueras de la ciudad. Un sol esplendoroso bañaba las copas verde-esmeralda de los árboles que se levantaban a cada lado de la estrecha carretera rural, acariciando mi vista con sus colores vivos y brillantes. No obstante, tanto brillo matutino sobre la peligrosa vía, lo confuso de las pistas que poseía y las extravagancias que gravitaban sobre la muerte de Maribarbola Lugo, hacían que al empezar un nuevo día, esté se me convirtiera en la imagen de una caverna habitada por terribles bestias de procedencia diabólicamente cósmicas. A medida que nos acercábamos, poco a poco, una gran incertidumbre comenzó a llenar todo mi espíritu.

En el próximo capitulo: Una industria grasienta (Cap. # 11)

Escrito por Parafrenia a las Agosto 21, 2005 07:55 PM
Comentarios

un blog estupendo! felicidades!

Escrito por minaya a las Septiembre 2, 2005 10:05 AM
Escribir un comentario









¿Recordar informacion personal?