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23 de Diciembre 2004

COSAS DE LA EDAD

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Hoy me andaba preguntando si aun existiría la legendaria revista para pre-púberes vírgenes “Super Pop”, y para salir de mi gran duda existencial me pasé por un quiosco, por supuesto y como no, aproveche para pegarle un repasón a la revista freak QMD. Después de tan grata lectura continué mis averiguaciones y, sorpresa, la revista de marras aun sigue existiendo, vivita y coleando

Fui una adicta total a la revista, fue de la época comprendida entre mis 11 y 13 años, justo en esa etapa de confusión, dudas y gilipollez.
Cuando eres un adolescente es súper fácil que te metan una y otra vez goles por la escuadra y que te tomen el pelo es algo relativamente sencillo, esta publicación no sólo conseguía llenarte la cabeza de estupideces, si no que, también se forraba a costa de la horda de memas que nos la comprábamos
No podía dejar de comprarla, y encima me pilló en un momento obsesivo compulsivo hacia Kirk Cameron, y esta revista la verdad no ayudaba nada a curar mi adicción malsana, ya que con cada número te obsequiaban con mil posters, entrevistas y regalos relacionados con el astro teen ochentero. Si alguien hoy por hoy hubiese visto mi cuarto tal y como estaba entonces, pensaría que era una psicópata obsesiva, convertí mi habitación en un santuario para mi amado actor. Posters tamaño natural, tamaño folio, tamaño mural, dios, solo de pensarlo me doy miedo a mi misma.
De las cosas que más me gustaba leer de la revista era el consultorio sentimental, allí descubrí palabras tan extrañas para mi entonces como clítoris, cunnilingus, felatio, y algo que me llevó años en averiguar que coño significaba, una palabra que era críptica para mi. Significó un gran misterio para mi durante algún tiempo, “PETTING”, no dejaba de preguntarme cada vez que leía la palabra, que significaría, he de decir en mi contra que aun tengo mis dudas de que significa realmente. Ahí descubrí que cuando follabas por primera vez te dolía un montón y sangrabas a borbotones. Igual era una treta de los grupos católicos pro- celibato hasta el matrimonio, para que a ninguna menor de 18 años se le pasase por la cabeza el echarse un polvote antes de lo previsto y supongo que si ha sido así pues les ha tenido que funcionar muy bien ya por el momento no he conocido ninguna chica de mi quinta que perdiese el virgo antes de los 18 años reglamentarios.
También me la compraba por los regalitos con los que nos iban obsequiando quincenalemente, posters, pegatinas absurdas de nuestros ídolos, pulseritas y colgantes cutres pero que lucíamos orgullosas, tarjetas táctiles, sí, esas que con solo poner el dedo te averiguaban tu estado de animo, rojo, feliz, verde oscuro, infelicidad profunda, vamos una chorrada como un templo. El colmo de los regalos fue cuando regalaron un trozo del muro de Berlín, con fotos que te enseñaban como lo habían cortado y traído a España, por supuesto, yo tuve mi pedacito de muro.
Los años pasaron, mi interés por Kirk también pasó, poco a poco fui sacando los posters de mi cuarto, la compra quincenal de la revista paso a ser mensual, y así, lentamente hasta que dejé de adquirirla.
Los años pasaron y efectivamente pude comprobar que el consultorio de la Super Pop tenía razón, el desvirgue dolió de mil pares de cojones.
Eso si, aunque estúpida, la revista siempre tendrá un lugar en mi corazoncito, sus entrevistas con preguntas ridículas, las historias supuestamente reales de adolescentes que encuentran de manera idílica su primer amor, sus poesías dignas de pared de Water “la Luna sale, el sol se pone, y yo te amo”, los regalitos y por supuesto Kirk Cameron.

Posted by pauli at 10:07 PM | Comments (14)