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17 de Enero 2005
dos tetas tiran mas que dos carretas
Hay sucesos que marcan la historia en un santiamén, así, visto y no visto, luego hay otros que te marcan de por vida, y que luego, por mucho que los años pasen, pues ahí siguen, estancados en tu mente, inamovibles, recuerdos que permanecerán en la triste historia de un país, y desgraciadamente, algo que no dice mucho a mi favor, también en mi mente.
Así, como un soplo de aire fresco llegó Sabrina Salerno a nuestro país allá por el año 86, venida de la revolucionaria Italia, como anunciándonos un segundo destape, una nueva liberación, y con un nuevo concepto que a la larga iríamos asumiendo; las tetas se podían rellenar.
Ella, con un más que un dudoso gusto estético, con sus pantalones a ran de chichi, con sus escotazos, con sus pedazo tetas, con su espantosa voz, con un body de infarto y una cara más fea que pegarle a un padre. Con unas ansías enormes de poner cachondo a todo macho cañí que se pusiese en frente de la pequeña pantalla y con ganas irrefrenables de sacar de sus casillas a la más acérrima de las feministas.
Sus actuaciones eran absolutamente emocionantes, en el momento que los primeros compases de su único éxito por estas tierras, el ínclito BOYS, BOYS, sonaba, todo el mundo esperaba que una de sus tetas saliese disparada por el escote.
Pero nunca fue así, todo estaba milimétricamente preparado y coordinado para que eso no sucediese, no fue así hasta la noche de fin de año del 86.
Todos con los ojos puestos en la tele, actuación tras actuación, niños, niñas, ancianos, ancianas, padres, madres y yo, esperando lo que ya había sido anunciado de ante mano. se podía notar la tensión en todos los hogares españoles
Y así fue, Sabrina dejó escapar una teta por el escote de su corsé, minuto histórico en la televisión, todo el mundo flipando en colores, al fin la había enseñado. Y fue esa noche cuando Sabrina alcanzó su cúspide y casi también comenzó su declive. Los machos, con los rabos más duros que nunca la adoraban y las mujeres la vilipendiaban (siempre he querido poner esta palabra en algún lado)
Salió en todas las revistas, casi siempre enardeciendo más su fisonomía que sus dotes artísticas, más bien nulas o directamente escasas, sus peleas tetiles con las demás zorrillas del momento.
Poco a poco fue desapareciendo del mapa mediático, ya habíamos tenido más que suficiente de tetas, ya nos agotamos.
Cuando ella surgió de la nada a mi me empezaban ya a crecer las tetas, de una manera veloz e imparable, en un tiempo de vértigo alcancé la talla 90, podría no ser demasiado, pero con 1,50 que media ( y aún mido) pues la verdad, para que engañarse, mi volumen tetil era más que prominente. Pero ya se sabe, la pubertad es una época de inseguridades y de complejos, así que me resultó difícil asumir que ese cambio demasiado drástico en mi fisonomía
Total, que como pude logré disimular mis pechos, con enormes jerseys, carpetas que colocaba estratégicamente en mi caja torácica y andares simiescos, y por el contrario en mi clase habían chicas que supieron aprovechar bien el tirón de su crecimiento de tetas, se convirtieron en chicas del momento, mientras yo, quedé en un escaso tercer puesto. El poder de un buen par de tetas, que os voy a contar.
Como ya os he contado en alguna ocasión, tuve mi momento de negación de la feminidad por aquella época, y por qué os cuento esto? Bien, tengo un video casero en el que salimos yo y una amiga haciendo un play back de la canción, ella es Sabrina y yo soy el tipo que rapea en la canción BOYS, BOYS. Con un teclado Casio colocado en la cama de mis padres, y con un mostacho pintado, canto el rap mientras mi amiga me acerca el micrófono.
Si algún día me hago famoso por motivos x, espero que esa cinta no llegué jamás al poder de Jorge Javier Vázquez.
Posted by pauli at 10:28 PM | Comments (15)