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12 de Julio 2005
La suerte de la fea la guapa la desea
Y hoy, y sin que sirva de precedente, me voy a poner
seria, "porquemevieneengusto", y porque hoy me siento un poco "Calimero".
Hubo un tiempo en el que no me aceptaba para nada, no me gustaba un pelo. Demasiado bajita, las orejas de soplillo, los gemelos de mis piernas demasiado desarrollados, mis tobillos muy anchos, mi nariz......etc, etc.
Cuando eres pequeño no tienes ni por asomo prejuicios hacia tu persona, básicamente, ni te fijas. Pero llega el triste día que comienzas la escuela, y sin darte cuenta, en menos que canta un gallo, la peña ya te ha clasificado como persona y ahí la hemos jodido.
Un día va y alguien te suelta un "fea" y se queda tan ancho, y a ti, por supuesto, se te pone una mosca detrás de la oreja. Luego más tarde, la palabra se vuelve a repetir, pero esta vez no es la misma persona y así día tras día, y tú comienzas a hacer conjeturas y es cuando empiezan las dudas. La belleza es algo subjetivo, dicen por ahí; yo no me lo acabo de creer, porque de un día para otro todos los chicos de clase ya habían decidido y catalogado tu aspecto físico, y eso de subjetivo tiene más bien poco.
Yo no me dejaba de preguntar y de mirar al espejo, "¿será que soy fea de verdad y por eso me lo dicen?", "cuando el rio suena es que agua lleva" me contestaba. Y aún y así mis padres no me dejaban de decir que yo era muy guapa. No entendía nada, pero más tarde te acababas convenciendo de que eso no era otra cosa que "amor de padres" y para todos, hasta para los de Montse Páez, sus niños son los más guapos.
Acabas el colegio y te marchas al instituto, suponiendo que la cosa cambiará. Mundo cruel, las cosas no serán así.
Un día una chica se infiltró en un nutrido grupo de chicos y se pusieron a hablar de todas las tías de clase. Ella volvió con las noticias frescas y de un tirón soltó todo lo que le habían contado. De nombre en nombre fue diciendo todos los adjetivos calificativos que las chicas de clase les habíamos inspirados, y cuando llegó mi nombre ella dijo un seco: " de tí, pasan". ¡Toma ya!, menudo vaso de agua fría que me cayó encima. Las cosas no habían cambiado en absoluto.
Alguien, una mujer supongo, algo más madura y con más experiencia me dijo, "tu no eres fea, pero te has creído siempre fea y eso es lo que reflejas, lo que tú crees que eres, no lo que eres realmente". Naturalmente no me creí nada de lo que me dijo. Yo era fea y así opinaban los demás, ¿porqué iba yo a pensar lo contrario?
Poco a poco me fui haciendo mayor, y claro, parece que no, pero la gente también madura.
En segundo de B.U.P, sólo una vez me llamaron "fea", y me reconfortó ver que quien me lo decía francamente no era la persona más idónea para juzgar mis encantos físicos, aunque me sentó igual de mal, y eso no evitó que me pusiera a llorar desconsoladamente en medio de clase. Afortunadamente, como ya he dicho antes, la gente tiende a madurar, y el chico en cuestión se disculpó tras ver lo que había hecho. Nadie más me lo volvió a decir en lo que quedaba de curso.
Acabé B.U.P y me hice mayor, ya nadie me decía que era fea, la gente mayor piensa antes las cosas de soltarlas al tún, tún.
Por aquellos entonces empezaba a ligotear, y no me resultaba difícil. Me convertí en una chica dicharachera y sonriente, y de la noche a la mañana ligaba más que mis amigas, que eran muy guapas y lo siguen siendo, pero por algún motivo, no pillaban tanto como yo. La respuesta a ese cambio era simple, los chicos veían en mi una persona accesible, que no fácil, no me solía gustar cualquier chico. Vamos, que no era la típica que si alguien se me acercaba le giraba la cara. A mi me gustaba hablar y reírme un rato, y si el chico me molaba lo suficiente, ¿por qué no?.
Una amiga mía me dijo una vez, no sé si en broma o en serio que si ligaba más era porque tenía el pelo largo y rubio ( pote), que si me lo cortaba ya vería que no surgía el mismo resultado.
Y tenía razón, no hace mucho me corté mi larga melena rubia (pote) y sinceramente, no ha vuelto a ser lo mismo. Pero si queréis que os diga algo os lo diré: ya no me preocupa tanto lo que piense la gente de mi, ya no me obsesionan ni mi nariz, ni mis orejas, ni mi escasa estatura. Paso, no sé porqué pero ahora estoy mucho más serena y tranquila respecto a todo eso, y me alegro mucho, oyes.
Eso sí, yo no dejo de mirar fotos de cuando era niña y con la perspectiva que los años te da y mientras miro esas viejas fotos me doy cuenta de que era la más linda de toda la clase, y esto no me lo dicen mis padres, me lo digo yo, hoy, cuando ya han pasado casi veinte años desde la primera vez que alguien me dijo "fea".
Posted by pauli at 10:28 PM | Comments (22)