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30 de Junio 2005
AQUELLOS MARAVILLOSOS AÑOS
Yo misma después de una reyerta en clase
Joder, no sé como coño me depilo las piernas pero el caso es que aunque vaya con sumo cuidado y destreza siempre acabo con tajos y puntitos de color rosa que le dan a mis ancas un aspecto bastante deplorable, como si hubiesen sufrido un proceso de Ébola.
Ostras, Ébola, así le llamaban a un tipo que iba a mi instituto. Le bautizaron con semejante apodo porque era tan cansino y pesado que todo el mundo huía cuando lo veían llegar. A mi, que siempre he tenido cierto aprecio por la gente marginada, me caía bien, y sí, era algo pesado, de ese tipo de personas que te pueden hablar de un millón de cosas diferentes, pero nunca sabías porque esos temas no le interesaban a nadie, la manera de contarlas o simplemente que los temas que escogía para charlar no eran de la apetencia de nadie, supongo. Así que Ébola fue un muchacho algo solitario, pero eso sí, siempre con una sonrisa en la cara. Dudo bastante que supiese de su nick name.
Apodos, yo creo que todos hemos tenido al menos uno, y digo al menos, ya que yo tuve unos cuantos, a cual más patético y cutre, pero son cosas que pasan cuando eres un crío y desde luego que los míos no eran ni de lejos los más humillantes de mi escuela.
Había un chico, Sergio, que en los tres años que estuve con él en el cole no logré verle jamás la cara despejada de granos y claro, tanto sebo facial acabó por pasarle factura. Su apodo era "Granini", como la famosa marca de zumos, "¿Hey granini, es tu madre de Granada y tu padre de Granollers?'", le solían decir mis amables compañeros de estudio. Supongo que más tarde el chico se hizo adicto al Racoutan.
Luego había otro, José Montoya Flores, este, como podéis deducir pertenecía a la raza gitana. Tuvo dos apodos, "el charri" o "el chabolas", nunca protestó porque le llamasen así, sin mediar palabra te metía dos yoyas. "El Letona", por su afición a las pajas en mitad de clase.
Creo que todos teníamos uno en mi coelgio, "El huevo", "la pan duro", "la plátano","el pulgas", "el albóndigas".El más edificante de todos, "la puta", así, a piñón, y todo porque era la chica más desarrollada de la clase. Luego estaba el que a mi parecer era el más duro de todos, "La Robocop", esta chica tenía parálisis en una pierna y en un brazo, y no digo más acerca de la crueldad humana. Por los apodos aquello parecía más un presidiario que una escuela. Tierna adolescencia.
El chico más odiado se ganó el sobre nombre de "el incordio" aka "Don Pelanas". David Milán, ¿qué coño habrá sido de tu vida de cabrón hijo puta que tenías?. Recuerdo que un día, me dijo, sin venir a cuento de nada, "Tu vienes del país ese de cabrones, no?, ese creo que fué el único momento de psicopata asesina que he sacado a la superficie en mi vida. Menuda paliza que le dí, y la que él me devolvió, ni os cuento. De hecho, ahora que lo pienso, creo que me lié a puñetazos con todos los chicos de clase.
El "culo pompa" el doble exacto de Dan Arcroyd era el típico chico al que todo el mundo había convertido en la diana del Bulling, le hicieron de todo, hasta tirarle escaleras abajo provocando así una bonita boca mellada que supongo que ya habrá arreglado.
Joder tal y como lo pinto aquello parecía la jungla sin ley, bueno, algo de cierto hay en eso. Menudas palizas que nos dabamos, no sé ni como salí viva de aquella época.
No quiero dejar de mencionar tampoco a Jordi alias el "Herbo", por su afición en coleccionar ratas, al "Hedores", por su olor a compañerismo." la tetas", "el cerdo" y "el halitosis". Nadie se salvó.
En cuanto a los míos, haciendo una rima prodigiosa me pusieron "La loba", no por nada, simplemente porque rimaba con "Pauloba". "La chapa que no llega a tapón", "La Dixan", por el color blanquecino de mi piel. La "Cinta Scotch" como la marca de celos, según decían, rimaba con mi apellido, y "la pato", por mi manera de caminar, que aún no he logrado corregir.
PD: Mi mami me ha dicho que no tenía que haber puesto los nombres y apellidos de algunos, pero que se jodan, por cabronazos.
Y sí, era un cole de pago, en la Mina, pero de pago.
Posted by pauli at 7:59 PM | Comments (12)
27 de Junio 2005
CEREEEBROOOS
La emoción me embarga, la alegría en mi pecho se hace cada día más grande, una explosión de felicidad se apodera de mí.
¿Y porqué estoy tan pletórica?, muy sencillo, prontamente se estrenará en las mejores salas de la península mi tan esperada última película de George A. Romero. Si señor, oh yeah, aquí está para todos ustedes "The land of the dead".
Muchas son las basuras que se han filmado sobre el genero de zombis, así a bote pronto se me ocurren unas cuantas mierdas pinchadas en un palo, que por un motivo u otro, y supongo que debido a mi escaso criterio cinematográfico me han acabado gustando.
Una de ellas es la terrible y abominable "Zombie 3", aparentemente firmada por uno de los grandes, como lo fue Lucio Fulci. A mi la película en cuestión me gusta, supongo que debido al nivel de cutrería, el máximo que alguien como yo, mismamente, puede soportar.
Muchas escenas deberían haber pasado a los anales (con perdón de la palabra) de lo peor filmado en cine de terror, tales como la escena en la que una cabeza de zombi sale porpulsada, no se sabe por qué extraña ley física, de una nevera. La cabeza tampoco se sabe bien cómo carajo llegó hasta allí, y menos por qué sale volando, ya que el convertirte en zombi no te dota de ningún poder parapsicológico, Luego está la escena en la que un puto zombi shaolin salta desde un monolito de al menos 4 metros de altura, a la caza de un pobre ser humano que pretendía huir. Las preguntas filosóficas que nos asaltan son muchas ¿cómo coño se lo montó para subir hasta ahí arriba?, ¿ por qué estaba ahí arriba?, ¿cuánto tiempo llevaba ahí arriba?, ya que supuestamente los zombis tienen sus capacidades físicas bastante mermadas.
Me asaltan más preguntas: ¿Por qué cada vez que aparece un grupo de muertos andantes, detrás suyo siempre hay una enorme niebla que lo cubre todo?, ¿por qué todos van con pijamas?, y mil incongruencias más. Porque los efectos especiales necesitan ser eso ,"efectos" y "especiales".
Siempre, y como he contado aquí en numerosas ocasiones, he creído que el fin de la humanidad llegaría por parte de estos seres. Lo creía de niña y lo sigo creyendo ahora. Retardada diréis, bueno, como queráis, pero ya os los encontraréis y Ben Afleck no vendrá a salvaros, porque también estará corriendo delante vuestro, o esperando a Ben Afleck que venga a salvarlo.
Una noche de hace mil años me encontraba con unas amigas caminando a oscuras por una carretera, íbamos de un pueblo a otro y la caminata era de dos kilómetros, a medio camino se encontraba el pequeño cementerio del pueblo, y a mi, pasar por delante me daba mucho yuyu, muchísimo, tanto que a medida que nos íbamos acercando mi corazón palpitaba cada vez más de prisa.
Mis colegas iban tan tranquilas charlando, cantando y riendo, y allí estaba yo, en silencio absoluto, sumida en pensamientos de destrucción apocalíptica, pensando en cómo y por dónde podría escapar de semejante situación si a los muertos se les ocurría levantarse. Por lo general el ser humano cuando está en peligro tiende o intenta, en sus pensamientos, positivar la situación, quitarle mella, reducirla a una situación cómica, pero por más que lo intentaba no me veía capaz de positivar ni una mierda, iba a ser devorada sin perdón.
A medida que caminábamos mi mente se empezaba a disparar en fantasías rocambolescas. Y fue entonces cuando ya llegando a las cercanías del cementerio divisé algo que me horrorizó. Sin haber probado un porro antes ni tener ingesta de alcohol en mis venas, comencé a visionar desde lontananza y en la oscuridad profunda a un grupo de personas que estaban quietas en mitad del campo, y lo peor era que a cada paso que dábamos veía a más gente. No tenía ninguna duda, era la resurrección de los no vivos y la histeria empezó ha apoderarse de mi. Les pregunté a mis amigas que tan panchamente caminaban si veían la gente que yo veía en el campo y una de ellas entonó un trozo de canción del engendro de grupo que es "La unión" "genteee buscandoo genteee". Nadie se había percatado de mi intranquilidad, por lo visto.
Nos acercabamos sin remisión a la muerte, sin esperanzas.
No, no me había tomado ningún LSD, pero lo que yo creía que eran zombis no eran otra cosa que arbustos por todas partes, muy lógico si estás en el campo.
Posted by pauli at 8:08 PM | Comments (9)