Noviembre 22, 2004

Queda

No quedan páginas en blanco tras tu paso, no quedan.
No quedan las palabras, ya no.
No quedan los momentos, no quedan instantes, no trazas de tiempo que cae de los recuerdos si me alejo.
No queda risa, no su rastro de alegría surcar mi rostro. ¡Fuera los colores!, sólo quedan grises si dibujo soledad.
No queda distancia, no queda si bajo mis pasos muere, no queda mirar atrás porque el pasado se hunde en las lágrimas, y ellas tienen garras, sus dedos están llenos.
Y cuando no queda sol, no queda día, sólo noche, estrellas, quizás luna. No queda tiempo, no queda mundo. Te encuentro
Y cuando nada queda, quedas tú.

Escrito por Entrari a las 03:45 PM | Comentarios (0)

Noviembre 20, 2004

Phillip

Aun es el borrador------------------------------------------------


El dinero no entiende de arte, no conoce el hambre, ni el frío. El dinero no siente la falsa sensación de calor que Phillip experimentaba a las doce; la hora en la que él consideraba prudente abrir su termo de café.
El sabor dejó de ser importante desde hace tiempo en función de lo reconfortante de sentir sólo el aroma. Ya no recordaba si era la sexta vez que los mismos posos, que descansaban en una pequeña cacerola de su cocina, habían creado esa simulación de café. A veces, los mejores días, podía echarle algo de café autentico a la mezcla, retiraba previamente parte de los afianzados restos logrando un casi café, pero Phillip lo agradecía saboreando esa noche el contenido del termo con lentitud. No así hoy. Hoy el contenido ya había sido hervido 6 veces. Quizás más.

Pasaba las noches en su pequeño ritual, enamorado eternamente de la noche, sentado en el mismo banco mientras memoriza el paisaje. Creer que ver la misma ciudad de noche una y otra vez es conocerla, es frivolizar sobre el arte de Phillip. El miraba el horizonte plagado de luces, maravillado, sabiendo que el paisaje cambiaba, que a lo lejos, durante el día, las historias individuales de cada ser se habían sucedido en las pocas horas en las que el sol brilla en invierno, y que ahora, incluso otras se darían lugar. Él no ignoraba esa riqueza, esas sombras, ese paisaje tan volátil, miraba, se preguntaba, y luego pintaba.

Phillip empezó a pintar hace apenas dos años, pero sus visitas a ese pequeño mirador se sucedían desde mucho antes. Hubo un tiempo en el cual compartía la soledad de la ciudad con un ser bohemio que pintaba el paisaje, pero las palabras de Phillip sobre la riqueza de lo que contemplaba hicieron que el personaje desistiese. Cuando desapareció solo dejó sus pinturas con la esperanza de poder ver algún día todo ese maravilloso mundo de los ojos de Phillip en un cuadro.

Cuidaba su caro material como un tesoro. Con sus pinceles, y ahora solo con grises, tejía en la tela del lienzo una trampa de la cual la realidad no escapaba bajo su mirada.

Escrito por Entrari a las 05:34 PM | Comentarios (2)