Diciembre 21, 2005

a proposito de...

El show mediático de la cadena televisiva Ecuavisa, tuvo un claro ganador: el general don Eloy Alfaro, quien fuera presidente del Ecuador gracias a la revolución liberal e hiciera transformaciones que hasta hoy perduran. Pero la realidad, como siempre, es terca...

Solo a un país como el Ecuador se le ocurre nombrar a un muerto. Aunque las malas lenguas dicen que el ganador de largo fue el también fallecido futbolista Otilino Tenorio: mujeriego, rumbeador, goleador de la Selección, muerto en la gloria tras un confuso accidente... El mejor ecuatoriano.

Tras la burla y la chacota normal en estos casos, encontré esta protesta por la injusticia que fue el que no se propusiera el nombre del fallecido e injustamente tratado notario, José Cabrera Román, como el del Mejor Ecuatoriano.

Se asegura que si hubiese sido candidato, el hombre le metía una paliza a todos los estirados que finalmente quedaron entre los diez primeros.

Las razones, irrefutables a mi entender, por las que su candidatura debió haber sido considerada, como altas posibilidades de resultar electo, siendo que la elección era mañosa, tapiñada, selecta y secreta, como nos gusta a los ecuatorianos.

1. UN BANQUERO JUSTO. Cabrera le resolvió la vida a más de 50 mil ecuatorianos entregándoles un interés del 100 por ciento anual por sus capitales durante los últimos cinco años al menos. ¿Esto lo hubiera hecho el gerente de cualquier banco? Los banqueros pagan intereses del 3% por la plata que les depositamos, y nos cobran el interés del 14% por la plata que nos prestan. La diferencia que se ganan es el 11%, un poco más de lo que pagaba Cabrera ¿Por qué Cabrerita es chulquero y los señores no?

2. UN HOMBRE PRUDENTE Y BONDADOSO. Cabrerita nunca le preguntó a nadie de dónde venía la plata que se le depositaba. Simplemente les recibía su bolsita, como lleva el pueblo la plata, y les daba una letra de cambio. Luego les pagaba puntualmente: nunca falló salvo después de muerto, y eso ya no cuenta en la estadística. ¿Han intentado ustedes depositar diez mil dólares en un banco del Ecuador? Primero, el guardia les mira con sospecha; luego, el que recibe el depósito le pregunta hasta por la preferencias sexuales; les toca firmar nisequé papeles que irán a parar nisédonde, aunque sospecho que al procesador de un gringo de la DEA. Esto si el o la depositante llega al banco con terno y corbata, terno, vestido elegante y perfume. Ahora, imagínense ustedes a doña Domitila Chungara y Pedro Guamán entrando a un banco cualquiera a depositar 30 mil dolaritos que les han enviado sus tres hijos que se parten el lomo en España.

Llegan con su bolsita de papel, con billetes de baja denominación y con sus ropas guachafas: SE VAN PRESOS ESE RATO, se disparan las alarmas, narcolavado, narcotráfico, ¿qué hacen estos longos con tanta plata? ("¿más de lo que yo puedo ganar en toda mi vida como cajero en este banco de mierda?"). Ahora, todos sabemos que si alguien no quiere depositar esa plata en un banco controlado por la Súperintendencia de Bancos, o sea decente y formal, es que está ocultando algo. Y he ahí otra de las razones porque han abogado por la candidatura de Cabrera: esa planta se recicló durante años en todo el Ecuador, más de 1000 millones se dieron la vuelta como intereses pagados por todos los rincones de la patria, permitió que los niños vayan a la escuela privada, que se compren carros, que se gasten en televisores de pantalla plana Sony de 45 pulgadas, que viajen, que llenen siempre los restaurantes caros... ¿qué joden ahora los que vendieron los carros, los televisores, los pasajes de avión y las rectoras de los colegios aniñados? Cabrera debería ser también el Empresario del Año, pos morten por supuesto.

3. UN HOMBRE PATRIOTA. ¿Qué hubiera sido de las gloriosas Fuerzas Armadas ecuatorianas sin Cabrera? Razón que andaban calladitos a pesar de estar cuatro años con los sueldos congelados. Para los que no lo saben, el notario Cabrera, Hombre Patriota, les pagó intereses durante años a casi todos los militares, empleados civiles de las FF.AA. y a un buen grupo de policías. (Los militares dicen que eran 6000, aunque luego se bajaron a 3500, pero nosotros sabemos que eran más de los seis mil, porque muchos de ellos representaban a grupos de colegas uniformados que hacían vaca para completar el mínimo de 10 mil dólares que exigía Cabrera). ¿Qué hubiera pasado, vuelvo a preguntar, con el personal de Las Gloriosas, si es que no recibían el ingreso extra del Patriota? Pues que se hubiese dado un verdadero de sangre del ejército, una masiva deserción por los bajos sueldos y los nulos aumentos; hubiese pasado que si no recibían estos ingresos extras, los militares se hubiesen dedicado a robar armamento, municiones y explosivos para las Farc, de forma tal que cuando los jefes hubieran ido a las bodegas solo entrarían cajas vacías y telarañas, lo cual nos hubiese ahondado el problema con Colombia y ...mejor dicho, Cabrera nos salvó de la guerra.

Una guerra a la que hubiéramos ido con los batallones diezmados, con la gente desmoralizada. En fin, ahora realmente justifico que los soldados y oficiales de la Fuerza Aérea se hayan: subido al avión del Presidente de la República, emprendido desesperado vuelo por cuatro ciudades recogiendo a familiares, aterrizado en el aeropuerto de Machala; soltado a los comandos que entraron a la notaría con fusíl en mano pateando al perro, y llevádose el dinero que legítimamente les correspondía a sus altos jefes y a ellos mismo. Señoras y señores lo hicieron en bien de la Patria, como lo hizo el Comandante Cabrera.


4. EL LIDER DEL FEMINISMO. Cabrera, con su muerte, logró romper un mito contra el que han luchado inutilmente por siglos las feministas del Ecuador y de América Latina. El mito del macho latino (ecuatoriano, digamos). Incluso una canción nacional dice "y sus hombres son bravos, sí señor y muy celosos". Pues fin de la historia: el mito ha sido roto, destruido y enterrado: los hombres ecuatorianos no son machos ni bravos ni nada parecido: les manda la mamá, la mujer, la amante, la abuelita, la cuñada y la hermana.

No se explica de otra manera que los pro hombres ecuatorianos, generales, jueces, alcaldes, etcétera, cuando les tocó dar explicaciones de porqué habían puesto esa plata donde Cabrera, pusieran cara de yonofuí y empezaran con un chorro de babas, en vivo y en directo y en pantalla nacional de este calibre: mi mujer ha sido la que depositó los 160 mil dólares y no me ha contado, "dime nomás mijita que más me ocultas..." (un ex héroe de guerra del Cenepa); es plata de mi señora que ha prestado a sus hermanas y que les dejó de herencia la abuelita (un ex juez de la Suprema); fue mi mujer, pero tampoco me dijo nada y ahora me explico la saña de mis opositores políticos (un alcalde socialcristiano -los más machos- en funciones); es que mi hija me pidió el favor porque no podía viajar con su hijto enfermo (ya ni me acuerdo quién).

Ahora, a la luz de estas declaraciones: ¿puede uno sinceramente creer, como hombre me pregunto, en el discurso del macho ecuatoriano? Todos estos malos congéneres se refugiaron en las faldas para justificar sus depósitos donde Cabrerita. Cabrera debería estar en una estampita, que todas las mujeres agredidas por los valientes ecuatorianos que les pegan en las casas y en la calle, lleven en la cartera para protección contra los cobardes.

5. UN HEROE CIUDADANO. ¿Han visto ustedes alguna vez que una ciudadano civil y pobre le haga una requisa al policía y a los militares? ¿Que los ponga a explicar contra la pared sobre sus intenciones, que les pida los documentos, y luego los patee en el rabo humillados y ofendidos? Eso era antes de Cabrera. Lo que provocó Cabrera tras su inoportuna muerte: que la gente civil, común y corriente adquiriera conciencia de clase (como dirán los marxistas) y empiece a disparar contra la escopetas.

Pues simplemente los chapas y los milicos tuvieron que pasar revista, no ante el coronel, no ante el general, no ante el Presidente de la República, sino ante una señora y unos señores que les hicieron devolver la plata de la notaría que saquearon con armas de dotación, del fondo de los zapatos, del chaleco antibalas, de la parte de atrás de los calzoncillos, de la parte de adelante de los calzoncillos... Y los tipos devolviendo la plata, con cara de asustados, quitándose el uniforme, afeitándose el bigote. ¿Quién puede lograr eso aún después de muerto? No lo ha logrado ni el más grande revolucionario.

luego no digan k no pongo creditos
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DeXx

Escrito por Radical a las Diciembre 21, 2005 02:27 AM
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