He comprado una cámara, de esas grandes, de las que cuestan pasta. Para inmortalizar tu mirada. Para inmortalizar tu mirada y también tu sonrisa.
Así miraré las fotos y te recordaré, y me creeré que me estás sonriendo a mí, y no a la cámara, y creeré que nada ha cambiado, que somos los de antes, aunque no los seamos, aunque realmente duela.
(Escuchando... BSO de Amelie)
Tiene muchos botones. La cámara, digo. Tiene muchos botones. Y me pongo triste al ver tu sonrisa delante de la cámara.
Hoy, te quiero.