Ya no oigo tu voz mientras leo El Principito.
Como cambian las cosas, que vueltas da la vida. Tanto que marea. Marea y me vuelve loco. Me río por no llorar.
Antes tanto y ahora... ¿ahora qué?
Te he escrito una carta.
Mientras espero tu respuesta, si es que la hubiera, seguiré leyendo El Principito, sin escuchar tu voz, por primera vez en mi vida.
Te echo de menos.
tylerFebrero 18, 2006 11:46 AMLLegé por casualidad y casi me quedo, amenazo con volver, un placer y un gustazo mi paseo por aquí, hay quien utiliza las imagenes y quien domina la palabra.
Enhorabuena, por un momento conseguí ser tu.
Un beso.