Siento haberme asustado.
Tenía miedo a caer en la misma historia. Tanto miedo a volver a sentir dolor por una mujer.
Pero es que mereces la pena, por eso me quise alejar de ti. Y siento haberte hecho daño, pero te empotré contra mi coraza.
Ahora te alejas... como un tren al que quieres alcanzar. Nunca llegarás a él, pero sigues corriendo como un hijo de puta, porque piensas que en algún momento saltarás para caer en mis brazos.
Me estoy fustigando. Sigo pensando que todo puede volver a ser como al principio. Aún tengo tu cepillo de dientes en mi habitación.
Joder, es que es eso... aún tengo tu cepillo de diente es en mi habitación, creyendo que vas a volver... Estoy gilipollas...
Pero... ¿y si vuelves?
Tenemos que hablar...
tylerSeptiembre 1, 2006 04:03 AM"No es una gota de agua lo que colma el vaso, sino una lágrima".
Un río que discurre, silencioso.
El enojo habla a gritos.
El dolor intenso calla y permanece.
Surge desde el epicentro, donde la sangre bulle y se regenera. Se eleva hasta los ojos y brota en forma de cascada. Después se desliza por las mejillas, en un torrente incontrolable. Escapando al dominio. Huyendo del inútil acto de intentar detenerlo. Y vuelve a su origen para llenar el recipiente de nuevo. Gruesas. Saladas. Bajan por la garganta para dormir de nuevo en el lugar del que salieron. Dejan un charco formado a los pies de las desilusiones.
Esperar en temporada que se insinúa de sequía. Mientras más lágrimas silenciosas, poco a poco, vuelven a llenar el mismo recipiente.
Y me paso la vida llenando lentamente los vasos para luego vaciarlos. Mirando en el estante todos aquellos que guardan millones de sonrisas. Hasta mis ojos tienen cuidado al mirarlos. Porque esos... esos, cuando se llenan, les pongo la tapadera y los voy sumando a una preciosa colección.