Junio 16, 2004

Nota roja

David conoció a Ana Maria una mañana de octubre cuando se dirigía a la universidad montado en su pequeña pero leal motocicleta. Había llovido toda la noche así que tenia que andarse con cuidado sino quería terminar como un artículo más de la nota roja del diario de la tarde.

Ana Maria caminaba sobre la acera esquivando uno que otro charco hasta que al llegar a un cruce de caminos se encontró con que la lluvia había anegado las alcantarillas y el agua había subido hasta el nivel de la acera, a juzgar por las apariencias si no atravesaba por este punto el rodeo que se vería forzada a hacer la retrasaría demasiado y llegaría tarde a sus clases.

Sumida en estos pensamientos se encontraba Ana Maria cuando el penetrante sonido de un motor acercándose la devolvió a la realidad.

Lo primero que vio David fueron un bonito par de piernas, lo primero que vio Ana Maria fueron unos peculiares ojos verdes. Ambos se reconocieron como estudiantes de la misma facultad aunque nunca en su vida se habían dirigido la palabra.

Al darse cuenta de que ambos tenían el mismo problema David se ofreció a llevar a Ana Maria por una ruta alterna para así perder el menos tiempo posible.

Y fue que, mientras Ana Maria cuidaba que el viento no levantara su falda al tiempo que se asía fuertemente al torso de David, este comenzó una divertida charla sobre anécdotas escolares, amigos y una que otra insinuación.

Cuando Ana Maria bajo de la motocicleta de David se ofreció a llevarla de vuelta a casa cuando saliera de clases y aunque ella juzgo divertido su atrevimiento opto por negar el oferta.

David se encogió de hombros y se despidió para ir a tomar sus clases, aunque esto fue lo ultimo que hizo ya que su mente viajaba una y otra vez de los teoremas y las formulas al sonido de la risa de Ana Maria, el aroma de su perfume y al recuerdo de cómo se asía mas fuerte a el cuando pasaba por algún bache.

Cuando por fin salio de clases a la mitad de la tarde, se detuvo un instante para mirar en los alrededores pues quizás Ana Maria se encontrara por ahí. Sin embargo no vio nada más que coches a uno que otro conocido. La promesa en el cielo de una nueva tormenta lo convenció de irse a casa.

Apenas salía del estacionamiento cuando las primeras gotas de lluvia comenzaron a caer. Murmuro una maldición al tiempo que se subía el cierre de la chaqueta. Si quería llegar pronto a casa tendría que pasar por el crucero en donde había encontrado a Ana Maria por la mañana, solo esperaba que no siguiera inundado.

Ana Maria… tal vez mañana la vería, si y quizás con algo de suerte el la llevaría de nuevo a la universidad, tan solo necesitaba algo de suerte…. Tan absorto estaba en sus pensamientos que no se dio cuenta del momento en que la lluvia comenzó a caer con mucha mas fuerza…

A la mañana siguiente cuando Ana Maria bajo a desayunar aun recordaba el atrevimiento de David y no podía evitar esbozar una sonrisa. Cuando comenzó a voltear las páginas del diario matutino alcanzo a escuchar en el telediario que debido a la fuerte tormenta que se había desatado desde la tarde del día anterior la universidad cerraría las facultades debido a que se vieron afectadas por una inundación.

La expresión de alegría de Ana desapareció cuando al volver su atención al diario pudo leer una articulo en la nota roja que decía: “David González Maciel, 22, muere al ser arrollado por auto conducido a exceso de velocidad”

Escrito por Seifil a las Junio 16, 2004 05:57 PM