Julio 06, 2004

En un mundo de silencio

*Este post fue escrito originalmente el 30 de Octubre de 2002, es mi post favorito de lo que fue la versión Blogger (ver enlace en el apartado correspondiente) de TLC, evidentemente es verídico y si hoy lo he copiado a esta versión es porque no he querido enterrar en el olvido esta experiencia, quizás los lectores más antiguos la recuerden y como yo no puedan evitar sonreir al imaginarse la escena.

Como todos los días entre semana estaba moviéndome de mi casa a la universidad en el transporte de la ciudad, estaba escuchando uno de mis cd's favoritos; Sehnsucht de Rammstein, todos los asientos estaban ocupados así que me dirigí a la parte trasera del autobús para quedar cerca de la puerta y salir rápidamente al llegar a la universidad.

Estaba absorto en mis pensamientos cuando de repente me di cuenta de que todos los asientos de la parte de atrás del autobús estaban ocupados en casi su totalidad por niños, y digo casi porque tres mujeres adultas les acompañaban.

Después de un pequeño momento de desconcierto volví a enrollarme en mis pensamientos cuando de repente me di cuenta de que un niño me observaba con atención a la vez que me hacia una serie de gestos, lo primero que pensé fue en decirle a la mujer que supuse era su madre que controlara a su niño pero después de ponerle un poco mas de atención al crío me di cuenta de que en realidad no eran señas obscenas las que me estaba haciendo (en estos tiempos ya no me extraña que un niñito de 5 años me mande a la chingada), se trataba de lenguaje de señas, en ese momento caí en la cuenta de que todos los niños eran sordos en mayor o menor grado.

A partir de ese instante comencé a observarlos detenidamente, tanto a los niños como a las mujeres que venían con ellos, de repente me sentí transportado a la película de Una Mente Brillante, observando con detalle cada movimiento y haciendo a mi ya de por si perezoso cerebro trabajar logre descifrar algunas de las señas que en conjunto crean su lenguaje, era como si pudiera escucharlos hablar.

Pude observar como una niña le preguntaba a una de las mujeres hacia donde se dirigía una calle que cruzaba en diagonal la avenida por la cual transitábamos, ella después de dura un instante le respondió que esa calle llegaba a un punto donde ya no se podía avanzar mas, la niña le volvió a preguntar hacia donde se dirigía esa calle y la mujer le respondió que no sabia, fin de la discusión.

En esta conversa en parte el ver el rostro de ambas personas, de la conversa a la cual no entendí ni una palabra fue a una discusión que tuvieron dos de los niños, era interesante observar como sus gestos y señas se volvían más agresivos debido a la clase de conversación que estaban teniendo.

Antes de que esa pelea se diera por terminada solo logre adivinar el significado de otra seña y lo más cercano a una traducción "textual" seria: "ahí te llaman" y la hizo una niña para indicarle a otra mujer que los niños estaban discutiendo.

Los niños llegaron a su destino, una pizzería, se bajaron todos y a la demás gente que iba en el autobús pareció importarle muy poco, sin embargo yo sentí, a pesar de que ninguno de ellos podía hablar, como si el autobús se hubiera quedado silencioso de repente, como si apenas hace unos segundos ellos hubieran estado llamándose a gritos o conversando animadamente como niños que son, y tal vez si lo hicieron así pero de una forma en la que muy pocos podían escuchar esos sonidos que solo se pueden escuchar en un mundo lleno de silencio.

Cuando llegue a la universidad seguí pensando en ellos, en lo terrible que debía ser el no poder escuchar nunca la voz de esas personas a las que quieres o escuchar el rugido del mar, el canto de un ave. Aunque también pensé que seria maravillosamente tranquilo vivir en un mundo donde el caos del exterior no te afecte, pasar por el mundo sin que este te toque. Sin duda un día para recordar.

Escrito por Seifil a las Julio 6, 2004 05:59 PM