Mayo 03, 2004

Privatizaciones

Se los conocía antes como mercenarios y se los vinculaba con alguna oscura guerra en algún remoto país africano. El reclutamiento era secreto, al margen de la legalidad. Pero la invisible mano del mercado hace que las cosas progresen, y mucho. Se constituyeron grandes empresas que se presentan a sí mismas como “contratistas de seguridad”, o “consultores de seguridad internacional”, se publicitan en Internet y realizan “gerenciamiento de riesgo” o “seguridad agresiva”. Se los conoce en Irak como “private military contractors” (PMC) y se calcula que hay allí alrededor de 20.000, constituyendo la segunda fuerza de ocupación, entre PMCs, guardaespaldas y otros tipos armados.
Las compañías privadas (petroleras, ingenieriles, grandes hoteles) deben proveerse su propia seguridad, y la seguridad privada está de moda. Es un nuevo mercado de trabajo que se abre para la “mano de obra desocupada”. Claro está que para ingresar a esas grandes empresas de seguridad hay que tener curriculum. Son bienvenidos los ex boinas verdes, los muchachos que trabajaban en el SAS británico o los paramilitares del apartheid sudafricano, y en cualquier agencia de gubernamental de acciones encubiertas. Más aún, parece que ciertas agencias como el SAS (fuerzas especiales del Reino Unido) tienen dificultades para retener a sus muchachos debido a la competencia de los altos sueldos de la seguridad privada. El Estado siempre paga mal, en Argentina o en cualquier país del mundo.
Para tener alguna idea, según el semanario egipcio Al Ahram, un equipo de cuatro chicos del SAS cuesta algo así como 5.000 dólares por día. Según la zona y tipo de trabajo, los muchachos pueden ganar hasta 1.000 dólares por día. Pero allí también hay discriminación, si uno es rubio gana más que si es morocho. Por ejemplo, un gurka tiene que conformarse con menos de U$D 200 al día. El trabajo tiene sus riesgos: los cuatro “contratistas” que la resistencia mató, y colgó de un puente en Fallujah pertenecían a la empresa de seguridad Blackwater.
Esta gente está también contratada por el ejército de USA, para el interrogatorio y custodia de prisioneros. Tiene sus ventajas: si torturan o cometen desmanes, no es personal del Ejército, no pueden ser penalizados por la justicia militar (en el hipotético y remoto caso de que alguna vez se investigue algo), tampoco por la justicia civil irakí, porque no existe y si los matan, no son bajas del ejército de USA y por lo tanto no engrosan la suma. Además, Bush no tiene que anunciar que envía más tropas porque no los recibieron con flores y la situación se le está escapando de las manos. Hay un buen análisis del marco legal en el Guardian.
La desventaja de la seguridad privada es que aumenta los costos. Se estima que la seguridad incrementa los proyectos entre un 10% y 25%. Habrá que esperar un poco más para que baje sensiblemente el precio del petróleo.

Escrito por Bonsoir a las Mayo 3, 2004 01:30 PM | TrackBack
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