Pensamientos inconexos sin orden ni concierto

Soñando palabras

Aunque pueda parecer extraño, esta mañana al (tratar de) levantarme de la cama, he experimentado una leve sensación de pérdida. Pero lo realmente curioso del asunto, es que no ha ido acompañada de ninguna otra sensación desagradable, ni parecía sentirse desamparada ante la ausencia de un determinado tipo de adjetivos, aquellos tan negativos y tan dramáticos en su significación, aquellos a los que parece estar irremisiblemente ligada. Todo lo contrario, la sensación ha resultado de lo más agradable, y por una vez, se ha convertido en liberada y en liberadora, desde la misma raíz del término.
Aún aturdida por el golpe, me he sentado a reflexionar un instante (con los ojos pegados, y con el todavía vigente recuerdo, borroso y vano, de mi vida onírica temblando en mis sienes), y de pronto, he dado (según creo) con la causa que explica el que este término se encuentre hoy discriminado en grado positivo. La causa (extrañísima) parece ser la falta de preocupaciones...¿debería preocuparme?. Increíble, entre unas cosas y otras...¡he descuidado mi permanente estado de preocupación!. Evidentemente, se trata de algo efímero, algo que forma parte de una especie de decisión inconsciente, así que supongo que pronto regresaré a mi permanente estado de vigilia, sobre todo ahora que me he percatado de la situación. Sí, volveré a preocuparme obsesivamente (y subjetivamente), por todo y por todos. Pero no importa, porque hoy (al menos hoy) vivo en el presente, y lo que siento ahora (al menos ahora) es suficiente. Hoy me siento absurdamente feliz sólo con delinear palabras, en el aire o sobre el papel. Me siento feliz sólo con soñar esas palabras, sólo con imaginar que las escribo, o que me las escriben. Palabras que te diré, allá donde estés.
Sí, ya sé, ya sé, siempre me pasa lo mismo. Y al final, como siempre, me quejaré de lo mismo. Pero qué le voy a hacer, si por hoy es bastante.