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Febrero 14, 2003

Sole, periódicos, amore.

(¡¡Nuevo!! Radio Montemar, resumen diario. Audee la sesión de hoy aquí. ¡Arranques psicópatas!)

Somos novios.jpg

Hoy, será por ser 14 de pre-marzo , me siento melancólica, tierna y algo inclinada a expeler el humo del cigarrillo de forma suspirante sobre la pantalla. Recuerdo los días dulces en que con sumo recato mozos jiennenses y yo nos palpábamos tórridamente las ternillas de las orejas a la luz de la luna reflejada en una litrona de El Alcázar (la mejor cerveza sin duda, y no porque sea de Jaén) mientras a lo lejos por el bosque correteaban los jabalíes y gritaban quinceañeros ebrios rulando por las escarpadas cuestas de Valparaíso , sitio oficial de encuentro, y bucólico, de los jóvenes pobladores de Beas de Segura.
Pero ya pasó, y ahora, triste y sola como una estudiantina, me dedico a la reflexión platónica y a las fantasías más salvajes con Chris Peterson como protagonista.

Porque Chris me pone. Siempre me ha puesto. Esas camisetas de rayas, ese ir y venir con calcetines blancos, esa alopecia refulgente , insinuada apenas, bajo cuatro pelos rubios...Su manera de respirar...No seguiré, porque no es de señoritas educadas hablar sobre bolsillos sudados y banjos eléctricos (una de las buenas cosas que puedo disfrutar gracias a que no soy una señorita).
Por otro lado, mi pasión por Chris no es sólo interés carnal y físico. Es verdadero amor. Soy arrastrada por imágenes tremendamente conmovedoras en las que nos visualizo a Chris y a mí corriendo a cámara lenta por una pradera, mientras suena esto, y un toro retozón nos persigue en lontananza. O pensar en nosotros yendo de ferretería en ferretería preguntando dónde está el baño.
Sería hermoso, y creo verdaderamente que el cruel destino ha traído aparte a dos almas que se pertenecían. Somos las dos mitades de un delicioso sándwich de atún de las máquinas de bocadillos del aeropuerto. Si nos hubiéramos conocido ya nunca nos habríamos separado. Incluso los dos nos llamamos Cris (él con una hache intercalada, para que al llamarnos la gente por la calle sepamos a cuál de nosotros se refieren). Seríamos Chris y Cris, pasaríamos horas hablando de capítulos desconocidos de El lagarto Juancho o de las caras b de discos de los años 40. Le acompañaría en sus repartos, y ya nunca caería sobre un coche por mirar el trasero de vecinas zorrimucias porque su propio trasero se hallaría en peligro conmigo detrás.
Soñando...
Ana Caína, derretida toda ella ya.


Febrero 14, 2003 06:23 PM