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Abril 13, 2003

Entrañable.

Había concertino de Albert Pla a las ocho y media, y Alfred y yo salimos contentos y rumbosos hacia el lugar donde Tercera Vocal Vertical me había indicado que se desarrollaría el evento. Como siempre, mi orientación hizo de las suyas y aparecí en el sitio equivocado. Alfred no paraba de refunfuñar y me metía prisas y pelos en el bolso. Finalmente tras mucho andar di con el sitio, justo cuando el concierto había llegado a su fin. Alfred gimoteaba: tenía la ilusión de conocer al Pla, de intercambiar impresiones con él. Y cuando estaba a punto de golpearle hasta dejarle inconscente para que dejara de sufrir, lo visualizamos. Bueno, lo visualizaron los verticales, yo sólo fui en la dirección que ellos me señalaron y tras dar unos cinco pasos la mancha borrosa que veía se convirtió redepente en el gran bardo. Alfred no ha dormido esta noche con la emoción; primero fue Sr. Chinarro, ahora Albert.
albert, alfred y moi.jpg

Como Tercera Vocal, me sentí automáticamente atraída por el Pla. No parece un kinki cantante, sino uno anónimo. Se le puede hablar y ese tonillo macarra cansao de su voz hace que una se sienta como en casa, tirada en el sofá y con resaca. Un gran caballero.
Tras el encuentro, fui con los verticales a un bar donde me esperaba otro gran hombre, éste desconocido; iba con una pegatina genial en medio de su camisa, a través de la cual se transparentaba una camiseta de winston. Él no parecía ser consciente de su elegancia, y nos hizo partícipes de diversas bromas y chascarrillos que me sonaron bastante horizontales. Armándome de valor le pregunté si sería posible que me diera una pegatina como la que él llevaba. Al principio se mostró reacio en broma, y cuando trajo las tapas me dio no una , sino un libro entero de pegatinas, con varios modelos de distintos tamaños.
Cuando nos íbamos le rogué que se hiciera unas fotos conmigo y Alfed, a lo que accedió encantado. Ya no había duda; era un horizontal verdadero, porque uno de los rasgos característicos del horizontal es su oscura atracción por las cámaras, grabadoras y demás aparatos capaces de retransmitir sus hazañas. Se portó como todo un señor, y la foto adjunta tiene, a mis ojos, un encantador toque de interrogatorio mafioso, con esas sillas en las que nos aposentamos para posar , justo debajo del foco. mafiosamente.jpg

Sin embargo, a pesar de todas las emociones vividas, lo que me llenó de júbilo la pasada noche fue el amable gesto de Tercera Vocal, que me da ganas de llorar cada vez que lo recuerdo; porque me regaló la famosa bolsa de tierra de fregar que consiguió en el Mercadona, ese hallazgo de la empresa de limpieza española. Aún pasarán muchos días hasta que encuentre un lugar de honor donde poner el saquito. Lo que sí garantizo es que estará visible, para que quien me visite se percate de la opulencia frikal en la que vivo.
Me gustaría seguir hablando de cosas entrañables pero voy a perder el autobús y hoy toca comida familiar. No quiero que m padre empiece a regañarme sin que yo esté, así que corro rauda a encontrarme con mi destino. To be continued si sobrevivo.


Abril 13, 2003 11:42 AM