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Febrero 05, 2004

Me la pela

Francamente, si la tuviera, me la pelaría. Reflexiono un rato mirando mi cama sin hacer, los papeles llenos de caras de niños-no-muy-queridos que parece he abortado sin darme cuenta. Miro también el polvo que se va acumulando en las esquinas, y me divierto lanzando allí, a la mugre y hala, mi careta de colorines. Y si no fuera tan perezosa me levantaría y la pisotearía. Se acabó.
La única cosa que me quedaba por cargarme era la pose.
“Buen trabajo, niña”, me digo.
Nacer gris. Ser, estar (sin parecer) gris. El parecer siempre ha sido un verbo muy pesado. Librarse de él es dulce y hasta simpático, como una francesita en los sesenta despelotándose, lanzándose al agua.
Como siempre, nadie sabe de nadie. A qué, entonces, tanto celo con los envoltorios.

Febrero 5, 2004 07:15 PM