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Febrero 26, 2004

En qué mundo vives.

Una pregunta de difícil contestación. Normalmente el emisor suele pronunciarla con cierta suficiencia, con una huella de obvia superioridad en el tono. En la mayoría de las ocasiones en que me han preguntado esto he podido salir airosa, recurriendo a multitud de filosofías e ideas (idiotas, por supuesto) que el contertulio no podía permitirse criticar, puesto que se trata de una persona “transigente, respetuosa y abierta de mente”. Es decir, una persona completamente apta para asistir como participante a cualquier debate televisivo, donde podrá lanzar alguna de sus frases lapidarias y se meterá al público en el bolsillo. Me parece increíble que encima se esponjen cuando esto ocurre, sobre todo teniendo en cuenta que la gente que les ha aclamado es la misma que manda poli-loca al 7722, los mismos que envían inclasificables esemeses al programa, que deben estar matando lentamente a más de un profesor de lengua española. Sin hablar de los de filosofía, cuyos cadáveres deben llegar ya a las puertas mismas de Telecinco.
Las preguntas recurrentes del abierto de mente pedestre (de a pie) son del estilo de en qué mundo vives. Interrogantes ready-made sin pretensión de respuesta, que, como una corbata elegante o un moderno corte de pelo, les terminan de vestir. Que tienen que salir guapos.
Malos tiempos cuando un machista de toda la vida va por ahí proclamando que eso de “nosotros” las incluye también a ellas, por supuesto. Que es su manera de hablar, que él nunca pegaría a nadie, que sería como pegar a su madre, y que su madre es sagrada, y que [...]. Hipócritas hasta en la sopa, señora. Un ojo me llora. Pero no pasa nada, que luego por debajo servidora se descojona.

P.D: Coyote Dax for president.


Febrero 26, 2004 11:17 PM