« En qué mundo vives. | Main | Marilyn. »

Marzo 09, 2004

La decadanse.

Me crispa que gente que no me conoce de nada dé en el clavo cuando hace alguna observación sobre mi persona. Ejemplo: situación de interacción social; desconocido me llama "decadente". Y me altero. Yo que siempre finjo tanto y tan bien, y no se me ocurre otra cosa que soltar un comentario agrio en respuesta a dicho juicio, como si estuviera en un melodrama cincuentoso.
El viejo dicho de la verdad duele es estrictamente cierto. No hay más que echar un vistazo a un par de cosas (el semiabandono de este blog, las canciones que escucho, las veces que he hecho la cama estos últimos meses) para darse cuenta de que es normal que el adjetivo me escociera.
Lo gracioso es que debería aprovechar mi renovada decadencia para explotar mis facultades intelectuales. Todo el mundo sabe que en el campo artístico es una gran baza a favor. Puedo escribir los versos más tristes esta noche(sobre las expulsiones en Gran Hermano VIP, por ejemplo). Desempolvar mi boina negra. Llevar gafas de espejo, citar a Sartre. Pero no lo voy a hacer. Quiero innovar en el campo de la decadencia, abrir un camino para los nuevos veinteañeros asqueados y pedantes, ser una superestrella del tedio.
Seguro que lo consigo. Si gente que apenas conozco ya me ve los aburrimientos es que debo tener talento para el difícil arte de decaer. Y, ahora que lo pienso detenidamente, he batido mi propio récord: he decaído desde abajo.


Marzo 9, 2004 08:47 PM