Aviso al lector que hoy estoy con la regla, así que lo que pueda leer a partir de aquí puede ser infumable. Avisad@ estás.

Hoy ha sido el último día de curro. Estaba de becario, desarrollando software (fíjense en que va precedido de la palabra becario: lo único que desarrollaba era mi paciencia!). Ha durado un año... y estoy triste.

Y es que no lo entiendo. No creo que vaya a echar nada de menos; ya estaba cansado, con la gente he intimado poco... ¿Y es que las despedidas siempre tienen que ser tristes? ¿Tenemos un chip en la cabeza que nos hace ponernos tristes en las despedidas? ¿O será que como he dicho antes, me ha pillado con la regla?

Recuerdo cuando me fui de Erasmus: llorar al ir, llorar al volver... No hice ninguna maleta sin lágrimas en los ojos... En verano, Navidades y la vuelta al siguiente verano. Fui de los últimos en regresar, así que vi las maletas de la mayoría de mis amigos (buff!). Nos prometimos volvernos a ver... pronto... Pronto hará dos años y sólo he visto a los de Madrid. Dejé a mi familia artificial repartida por toda Europa. Sí, a esos amigos los consideré mi familia mientras viví allí.

En junio me tocará otra despedida, la de la Universidad. Aunque me quedan algunas asignaturas para el año que viene, estas serán las últimas clases con mis amigos. Horas y horas que compartiamos juntos, día tras día...

Será una nueva etapa; después de cada despedida, una bienvenida. Espero no tardar en adaptarme, espero conocer gente que merezca la pena, espero... Aunque para eso no hace falta tener cambios tan bruscos! Es suficiente con hacerse un blog ;)

Me despido de vosotros (hasta el prôximo post) con una cación:

"apareces tú y me das la mano
y sin mirarme te acercas a mi lado
y despacito me dices susurrando
que escuche tu voz...

adelante por los sueños que aún nos quedan
adelante por aquellos que están por venir
adelante porque no importa la meta
el destino es la promesa de seguir"

Naiara - Adelante. (En mi radioblog)