Hoy : "Sorteo de Navidad".
Son las 7 de la mañana,y yo estoy trabajando, como cada mañana, como cada semana que me toca trabajar a esa hora.
Dentro de mi, un cosquilleo en el estómago, pero para nada ilusionada: "como cada año, se que no me va a tocar".
Y es verdad, cada año, compro lotería de Navidad, y nunca toca. Siempre les toca a los demás, siempre me toca a mi, al día siguiente morirme de envidia con el periódico, morirme de envidia con las noticias:
"Se enteró de que le había tocado El Gordo mientras reponía la máquina de café de 20 minutos"
"Oscar, tranquilo, no abandona su puesto ni por un minuto, mientras en la redacción salen los periodistas para buscar a los agraciados sin saber que había uno dentro.
Por una pregunta casual de la secretaria de redacción, María del Carmen Caballero, nos enteramos de que tenía un décimo del número mágico del día, el 20297, y acababa de ganar 300.000 euros.
Tras mucho perseguirle conseguimos que nos cuente que compró el décimo junto con su novia en un viaje a Alicante en octubre, "aunque creo que también tengo algo de lo que ha tocado en Barcelona".
"Seguiré trabajando, qué remedio, pero voy a pagar la casa que me estoy terminando de hacer en Mejorada del Campo (Madrid)" asegura cuando empieza a darse cuenta de que es verdad.
Tras terminar su trabajo se ha ido a casa a celebrar el Gordo.
Fernández es repartidor de una empresa de máquinas de vending y tiene 30 años."
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A él y a su familia hoy le ha cambiado la vida, le han cambiado los sueños, las ilusiones, y han tapado agujeros (como solemos decir).
Hoy yo también podría haber tapado algún agujero, pero el agujero se me ha caído encima, y me ha hecho un gran chichón, que aún me duele la cabeza -no miento-.
Eran las 9:50 de la mañana:
Los niños cantan el número: 20.297. Y yo tiro un plato al suelo. Miro la Tv mientras leo el número en la Tv, no puede ser, ¡es el mío!, me ha tocado el GORDO DE NAVIDAD!. Nerviosa, pienso, que no tengo el décimo aquí, en el trabajo. Pero cuando me relajo, y se me pasan los nervios. Abro mi bolso, y en mi cartera, junto a los únicos 5 euros que me quedan para terminar el mes, encuentro el décimo: ¡joder, joder, joder, mierda, mierda y mierda!.
Mi número sólo coincide con el número del GORDO, en las dos últimas cifras.
Un hombre me escucha, y me dice: ¡niña! ¡te han tocado 1.000 Euros!, enhorabuena.
¿1.000 Euros, a mi? ¿A mi? Quizá este soñando, no pude ser.
Le pregunto a la gente ¿cuanto toca si tienes los dos últimos números del sorteo del GORDO?. La gente me responde: ¡te tocan 1.000 Euros!.
Emocionada me hallo. Nerviosa, no se si llorar o reír. Y eso que me han tocado 1.000 Euros, si me llega a tocar el Gordo, creo que me hubiese callado como una puta, no vaya a ser que alguien me espere a la salida para robarme el bolso. No me gustaría que la gente me tuviese envidia, y no me gustaría estar trabajado con el Gordo dentro del bolso.
Pero todo es una mierda: compruebo mi décimo en Internet: intento no llorar.
Me ha tocado una mierda comparado con los 1.000 Euros a los que yo ya tenía echo el cuerpo: 120 Euros (me han tocado).

En estos momentos es cuando te das cuenta que la mejor lotería es: tu trabajo.
Yo quería el GORDO. Pero no ha podido ser. Ni los 1.000 Euros tampoco.
Y la gente que me ha hecho ilusiones que se vaya a la mierda.
A LA MIERDA TODOS! joder, que rabia.
Pero encima tengo que estar agradecida porque:
Tengo 120 Euros y no moriré de hambre lo que queda este mes.
Gracias Sorteo de la Navidad, y hasta el año que viene!!
Aunque de igual te lo dijo eigual a las 11:15 PMJoder, a mí tampoco me ha tocado, esto de la lotería es un timo más. Empezamos bien las Navidades.
Escrito por: Capitán Pescanova, el Sábado, 23 de Diciembre de 2006 a las 12 AM